La hermandad universal o el respeto con la naturaleza

Mahatma Gandhi (1869-1948)

Me ha llegado un e-mail que, bajo las siglas GWCCN, coresponde a 12 organizaciones internacionales que envían «avisos globales sobre los cambios climáticos más recientes» y hacen un llamamiento a respetar los valores éticos respecto al «medio» ambiente, curiosamente denominado «medio» porque ya no nos puede quedar ni esa mitad. Resulta, pues, terrible constatar en la pequeña pantalla los estragos de los incendios, algunos de ellos intencionados, que podrían hacer irreconocible el paisaje de nuestros territorios.
Y hoy mismo me he conectado a la red para ver de consolarme con aquellas personas que hasta han expuesto sus vidas por salvar la pura Naturaleza, lo que me llevó a enterarme más sobre el tratamiento que se da a pobres criaturas como los canes, que se ven cada vez más desamparados por caminos y carreteras, expuestos a todos los peligros, pues hasta se leen comentarios tan desalmados como que transmiten infecciones a otras mascotas. Menos mal que pronto topé con lemas que me devolvieron al cariño que siento por las mascotas: Roger Caras, entre otros muchos, anotaba para mi consuelo que «los perros no harán tu vida, pero la podrían completar».
Todo ello me obligó a introducirme de lleno en el pensar del maestro del cariño con la Naturaleza, cuyo verdadero nombre había sido Mohandas Karamchand Gandhi, célebre por lo que se ha venido en llamar «los disparos pacifistas» contra nuestra cultura de la violencia, quien juzgaba de los pueblos por el cuidado que se tuviera de los canes. Cayó víctima de un asesinato y Einstein, al enterarse de su muerte, trataba de convencerse a sí mismo de lo extraño que parecía que hubieran apagado la vida a un ser que no parecía de carne y hueso. Y me zambullí en sus máximas y dichos que cubren folios en la web: «La verdad ha de ser totalmente interior», se explicaba, dictaminando igualmente que «es imposible separar el Amor de la Verdad»; los animales nos ofrecerán sus mejores comentarios, según Groucho Marx, siendo los mejores textos, aunque resulte con frecuencia difícil interpretar lo que nos quieren decir.
La mayor falta de aprecio, pues, para con un perro sería tratar de explicarle que «es casi humano», mantenía John Holmes, por citar tan sólo una opinión que me obliga a pensar que, tras años y años de vivir con mi perra, lo que más me admiraba era su capacidad de poder olvidar mis fallos de cada día. Pero me quedo con las consideraciones de Gandhi sobre la Naturaleza y aquel dicho del escritor Franz Kafka, que observaba que su mascota se le adelantaba en todo como si fuera capaz de intuir las respuestas antes de que se las hiciera.

HECHOS Y DICHOS
Cuanto mejor conozco a los humanos, más aprecio a mis perros. Oscar Wilde

ANÓNIMO
Errar es humano, saber olvidar es de nuestras mascotas.

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