A bombo y platillo ha comenzado el año Televisión Española, la misma que pagamos de nuestros bolsillos todos, proclamando a los cuatro vientos que a partir de ahora no habría publicidad en su programación. Hasta aquí ¡aplausos!. Ahora después de 15 días en esta situación, surgen las preguntas a lo que estamos viendo. No hay publicidad es verdad. Pero no me negarán que nos están dando “gato por liebre”. Entre programa y programa nos endilgan una media de diez minutos ininterrumpidos de “autobombo”. Promoción de programas propios, cuñas publicitarias anunciando las emisiones futuras, tanto en la Primera, como en la 2, o en los canales dependientes,…. Y para colmo nos la “meten” descaradamente tratándonos de vender sus series, como “Cuéntame” en maravillosos fascículos coleccionables y otros productos de la casa. Si eso no es publicidad, que ¡venga Dios y lo vea!. Bueno mejor que no venga, que se nos duerme y nos deja al “pairo” con la que está cayendo.
Los puristas cinéfilos, han lanzado las campanas al vuelo, aplaudiendo con desmesura que desde el uno de enero la cadena pública va a emitir las películas sin cortes. Pues yo les ponía a estos y en sesión continua “Los Diez Mandamientos” y “Lo que el viento se llevó”,… a ver el tiempo que aguantaban sin echar la meadita. O descansar un poco del trasiego de imágenes, después de estar acostumbrados a que entre la “Huida de Egipto” y la “Separación en dos del Mar Rojo”, nos saliera en pantalla, el perrito del papel higiénico, o Bertín Osborne vendiendo jamones. Pero bueno para eso están los fabricantes de los orinales, que tanto tiempo anduvieron antaño debajo de las camas, porque se van a poner las botas,…. Y hasta los más contumaces, se pueden hacer instalar una sonda urinaria con la que aguantar, sin darse el gustazo de ver la última información de los últimos modelos de coches, los plasmas, las ofertas de grandes almacenes y hasta los cuerpos más divinos para envidia de los nuestros propios. Más de uno, después de esto, hará “zapping”, no para ver si “pilla” un programa, si no para intentar localizar, lo último de la Coca-cola o reírse con algún “spot” de los del ¨Yo no soy tonto”. Tele sin publicidad. Que “tontá”, si a veces lo único bueno que había era eso: La publi.
Me gusta el artículo Fernando!! Pienso que no fastidiarían tanto los cortes de publicidad si un minuto antes de cada corte se informase al televidente mediante un icono de este corte de publicidad. también existen formulas para hacer más amena e interesante la publicidad, como sorteos entre los anuncios o bien notas de humor insertadas en los cortes. Con esto quiero decir que el problema no son los cortes publicitarios sino el gran descenso de audiencia de TVE. Ahora pasa a ser una cadena con un grán futuro de audiencia pq no utiliza cortes y tiene 24 horas al día de autopromoción, el objetivo es crear el mayor numero posible de audiencia con el fin de aislar opiniones diferentes al gobierno.