Esto no tiene nombre nº 418

«Al enemigo ni agua». Ésa es la manera enquistada de pensar de nuestros gobernadores municipales. No dejan espacio, asfixiando al adversario político en cualquier ocasión; una descarnada postura cicatera, inflexible e inmisericorde (¡menos mal que son católicos!). Amparados en su mayoría absoluta, ya no les vale aprovecharse y beneficiarse de sus cargos políticos para sacar adelante sus ideas; además, tienen que castigar a cualquiera que no piense como ellos. Son ellos los que, para no dejar la vara de mando, quisieran ver a otros «colgaos del cuello» (esta expresión no es mía).
Lamentable, denigrante e injusta es la actuación que, para desarrollar sus «trapicheos» políticos y dar contundente respuesta a la oposición, utiliza el nombre de Torrevieja y la figura de hijo adoptivo, para, al mismo tiempo que sacamos «buche», lavamos la imagen de Camps, devolvemos favores políticos partidistas y dejamos bien patente quién «cojones» manda aquí. Yo estuve en el pleno y me tuve que salir para no «potar» la planta que estaba junto a mí, ante el revoltijo de tripas y de vergüenza ajena que en ese instante me atribulaba. Ni los más viejos del lugar recuerdan un espectáculo tan banal (por no decir anal), tan desfasado y tan ofensivo, como la celebración de ese pleno, de cuyo nombre no quiero acordarme, y que otro pleno futuro tendrá que desdecir. Si nuestro alcalde compró unos terrenos, en el año 2002, por 180.000 euros y después de dos años los vendió a una promotora local por 5,4 millones de euros y la justicia le reconoce que toda la «ventajosísima» operación no constituye objeto de delito, ¡«pos»… muy bien! La justicia sabrá; pero yo me pregunto: ¿Por qué este hombre, si tanto quiere a su pueblo y tantos puestos de trabajo da, no se mete a empresario? ¡Coño! En dos días, haciendo ese tipo de negocios, acaba con la crisis del mundo mundial, en la que nos ha metido Zapatero (¡juasss!). Yo no conozco a nadie que haya hecho este tipo de operaciones en la vida. Que se obligue, que tire del carro (yo lo haría), reparta puestos de trabajo a quien le dé la gana y con su dinero, ¿qué os parece?
Falta mucha vergüenza en algunos de nuestros políticos. EL DEBER DE CUALQUIER GOBERNANTE EN ESTOS TIEMPOS ES: RESPONSABILIZARSE DE TOD@S. El ideal dice que: «Cuando se GOBIERNA con mayoría absoluta es necesario aumentar la sensibilidad en cuanto a las diversas opiniones», justo lo contrario de lo que pasa aquí.

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