Antonio Fructuoso Paredes «el Ratón»

Fernando Guardiola

El 30 de enero de 1919, nació en Torrevieja Antonio Fructuoso, hijo de Antonio, un trabajador de las salinas, y María. Desde muy pequeño, como era normal en aquellos tiempos, alternaba la escuela con diversos trabajos. Fue alumno de D. Gratiniano Baches, en una escuela situada en la calle Sevilla (hoy Fotógrafos Darblade), frente a la casa de la comadrona Dña. Mercedes. Fue aprendiz con Carlos Díez Zechini, que poseía una pequeña flota de autobuses. Su trabajo consistía en su mantenimiento y limpieza (revisión de niveles, etc.). Posteriormente, se puso a trabajar con los «Ortuños», que tenían coches de alquiler. Los tres hermanos dueños de la empresa eran Paco, Pepe y Urbano, y este último fue el que le enseñó a conducir en el camino del cementerio, verdadera autoescuela de los jóvenes de la época. A los 17 años, fue víctima de una grave dolencia de columna, por lo que fue internado en el Hospital Provincial de Alicante, y tras un año de tratamiento, estuvo trabajando en las Salinas de «chico para todo», lo mismo repartía agua, que estaba en las tolvas, enganchando o llenando vagones… Al estallar la contienda civil, fue movilizado a la base de automóviles de Albacete, como conductor de camiones. Es requerido en Barcelona, pero, al llegar a Tortosa, ve interrumpido su camino por hallarse cortados los pasos sobre el Ebro, ya que se estaba preparando la sangrienta «Batalla del Ebro». Al movilizar Franco a los últimos reemplazos que se habían licenciado, es trasladado a Madrid, al Primer Batallón de Automóviles, donde permanece tres años trabajando como civil militarizado. Tras esto, vuelve a Torrevieja, donde se coloca en la mamparra con los «Tabardos» (la familia «Juárez», actualmente los propietarios de las golondrinas que viajan a Tabarca). Obtiene entonces los títulos de Mecánico Naval de segunda, en Alicante, y posteriormente, de primera en Cartagena. Durante más de 40 años, ha dedicado su vida a la pesca y a su familia. Cuenta, entre sus muchas anécdotas, cuando se acabó de construir un pesquero en los astilleros de los «Alifonsos», con el que partió rumbo a Canarias, permaneciendo a allí 4 largos meses, de donde volvió «aborresío» de ver sólo agua y cielo un día tras otro, prometiendo no volver más. Tras su jubilación, y como pasatiempo, siguió ayudando en el pequeño astillero que existía en el varadero (cerca de donde está ahora Marina Internacional), pintando y arreglando barcos. Se casó el 7 de mayo de 1941 con Carmen, con quien tuvo 4 hijos, Mª Carmen, Antonio, Fina y Vicente, contando entre su descendencia con 9 nietos y 13 bisnietos.  Su nombre esta inscrito en la placa que homenajea en las Eras de la Sal a los «Hombres de la Mar».