Hasta nuestros días se ha confiado en los periódicos, la radio y la tv como portavoces de la opinión pública. Algunos nos hemos convencido de que no son en absoluto tales. Son, por su misma naturaleza, los mismos medios que tratan de dirigir nuestras vidas influyendo en ellas sin criterios éticos o morales. Aunque se ven envueltos en una vorágine indigerible de información creciente, fíjense como en los informativos de tirada nacional todos son un calco los unos de los otros. Nadie puede dejar escapar una noticia que sea objeto de atención en otra cadena. ¿Es posible que no suceda nada bueno en el mundo? ¿Por qué nos tragamos diariamente nuestra dosis de mal rollo y negatividad? Detrás de cada grupo mediático, existen empresas que nutren los contenidos; que, a la sazón, acomodan de manera mercantilista la información con el objetivo de conseguir audiencias para vender mejor el producto de sus anunciantes, a los que cobran en función de éstas. Todos los días se reciben unas 4.000 noticias en las redacciones de los grandes «mass media». ¿Quién selecciona el menú diario informativo, denominado «agenda setting»? En los consejos de administración de las empresas de comunicación, se sientan banqueros y ejecutivos empresariales que no tienen ninguna relación con la información. ¿De qué creen ustedes que están preocupados? El asunto es muchísimo más grave y extenso de lo que parece, y yo no puedo extenderme más. El panorama regional se gobierna por dedicar recursos públicos para hacerle la cama mediática al partido en el poder. Caso flagrante lo tenemos aquí, con Canal 9. Y el ámbito local se reduce a la connivencia de operadores con ayuntamientos, grupos políticos o anunciantes que permiten la supervivencia de la empresa en cuestión y aprovechan la dependencia de sus trabajadores por conservar su puesto de trabajo para marcar la línea editorial. Internet ha abierto una puerta. Tengo un proyecto de cooperativa empresarial, basado en crear un canal de tv por Internet. Los interesados en formar parte, dirigíos a puchomedia@gmail.com. Yo no voy a esperar a que me arreglen el mundo y mucho menos en estos tiempos. Esto llegará a quien corresponda. ¡Fijo! Se busca a cualquiera, sobre todo un «mákina informático» gestionador de web.
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