Llevamos unas semanas bien intensas, repletas de noticias sobre corrupción por todas partes. A nivel nacional, claro. Aquí no, que en Torrevieja sólo hay fiestas, conciertos, coros y exposiciones. Pero en el panorama político nacional, entre los casos Gürtel, Palma Arena y lo que aún queda del Malaya, nos tienen completamente asqueados. Aunque todavía nos queda cierta capacidad de sorpresa, al escuchar a algunos dirigentes políticos intentando tapar y defender lo indefendible, dando unas explicaciones que producen sarpullido. Intentan tapar todos los casos, hasta que ya les rebasa totalmente -como le ha pasado a la Iglesia con la pederastia- y, cuando ya no pueden ocultar más, ponen en marcha el ventilador, para dar la impresión de que es lo normal, que todos son iguales y están ahí sólo para llenarse los bolsillos. Algo que no es aceptable, ya que dentro de la política, como en todas las profesiones, hay también gente decente, que trabaja honestamente por el bien común. Y ésos son los que menos deberían consentir que los sinvergüenzas andaran por ahí forrándose impunemente, ya que lo más fuerte es que después, cuando se demuestra todo, no tienen el castigo que merecen, ni les hacen devolver lo robado. Menos mal que aquí nunca pasa nada, y si algo pasara, se ignora y ya está. ¡Que viva la alegría y vamos a la feria!
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