Quienes creemos en las personas, que no en los personajes, nos negamos a pensar que el ser humano pueda llegar a ser tan retorcido y malvado como a veces parece. Tal vez por eso -como nos dicen por ahí- vuelven a darnos de nuevo, los mismos, en el mismo sitio. Allá cada cual con su conciencia -el que la use-, lo que está claro es que a estas alturas cada uno está allí donde quiere estar, menos Domingo Soler y Manuel Vera, que no les dejan sus superiores. Ahí tenemos otro ejemplo de cómo, estando en la misma situación, por causas distintas, cada uno lo ha tomado de diferente manera y, mientras el primero opta por la lealtad y discreción, el otro ha cogido la calle de enmedio, con ayuda del vecino, haciendo el mayor daño posible a su partido. Lo que está pasando es algo vergonzoso, que deja en buen lugar cualquier situación anterior, por muy abyecta que nos hubiese parecido. Un poco de honestidad no le vendría mal a la política local y algo menos de hipocresía.
Vivimos tiempos complicados, en los que aflora todo lo malo -y bueno- que cada cual lleva dentro. Todo cambia a nuestro alrededor, se unen un cúmulo de circunstancias y situaciones, algunas que duraban largos años y terminan al mismo tiempo. Parece como si acabara un ciclo arrasándolo todo. Esperemos que, cual Ave Fénix, surja algo mucho mejor. Y mientras, vamos a la Feria de Mayo a despejarnos.
¡¡¡OJALÁ….ASI SEA¡¡¡