El Periódico de Torrevieja nº 426

Llegó por fin la ansiada primavera. Todo acaba por llegar, más pronto o más tarde. Brilla el sol radiante y prometedor de esta época del año, que aquí es realmente espectacular.
Torrevieja se prepara para el ya próximo verano, aunque no con la alegría de otras ocasiones. Dando una simple vuelta por las calles se siente una gran pena por el panorama que ofrecen, no nos vamos a engañar.
Nos resuenan los oídos con los murmullos triunfales de los políticos, que parecen estar en otro lugar, muy alejado. Hablan de «Ciudades deportivas» que requieren una amplia agenda de inauguraciones, con muchos campos de pádel, de squash y de rugby, como los grandes museos en perspectiva, y los torrevejenses se preguntan: ¿pero en qué país viven? Y, con tantos asesores, ¿es que nadie es capaz de ver como está la ciudad? Hace falta bajar de esas nubes, ver la realidad de la gente que aquí va quedando: los negocios que cierran cada día, las calles casi vacías, la gente escarbando los contenedores… ¿Cuándo se van a dar cuenta de las verdaderas necesidades del pueblo de Torrevieja?
Mientras tanto, ellos siguen con sus luchas internas y sus campañas, buscando el sitio para las próximas elecciones. Tan alejados de la realidad, que no se dan cuenta de lo desfasados que quedan con sus discursos grandilocuentes, cuando la gente tiene que buscar para comer cada día.

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