Esto no tiene nombre nº426

He viajado con el equipo de Ángel SÁEZ (que es así como se escribe, «Carmele») a Alicante con la intención de ir grabando planos con mi cámara para editarlos cuando llegue el momento. Es mucho  el trabajo que están realizando, porque no basta con «ser honrada», hay también que parecerlo. El acto que en nuestra capital se celebraba era protagonizado por las gentes del PSPV-PSOE para pedirle a nuestro «flamante» hijo adoptivo, el «señor» Camps, que devuelva los dineros que adeuda a la Comunidad Valenciana, según el PSPV-PSOE. Al ser nosotros de los primeros en llegar, el personal de organización nos pidió ayuda para montar la publicidad estática (como siempre, de «pringaos»). En esto, se me acerca una señora y me pregunta: «¿Esto es publicidad del PSOE?», a lo que yo amablemente respondí: «Sí, señora». Ella, airada, reprochándome, me dijo: «¡Qué poca vergüenza!». Yo, por respeto a sus canas, me callé y, como es lógico, «pasé» de darle ninguna chapita para que se la pusiera en la solapa. Me dije: «¡Joderrr, empezamos bien…! De «machacas» y criticados». Estuve algo «tocado» durante un momento. Pensaba: «¿Por qué «to» me pasa a mí?» ¡Jajaja! ¿Cómo le explico a esta señora, o a quien lo quiera saber, que en el PSOE los militantes financiamos nuestro partido con nuestro dinero (estoy en el paro y no me resulta muy cómodo pagar las cuotas)? Si me enterase de alguna financiación irregular o ilegal, automáticamente exigiría expulsiones, me figuro que como cualquier militante de ese gran partido que es el PSOE. ¿Cómo le explico a la señora que el PSOE es mucho más amplio y de riqueza inmensa en «activos vitales» (léase, gente muy valiosa, de la que más)? ¿Que somos algo más que cualquier gobierno, cualquier Zapatero, y, ya de paso, de cualquier PP (con todos mis respetos para todos ellos)? Eso lo tengo muy claro. Pero me figuro que la vergüenza que sentía la señora no se corresponde con esto que relato y que yo he aprovechado hábilmente para hacer un juego retórico e inútil sobre la vergüenza ajena. Pero… no tengo por qué pasar ningún sofoco, por lo menos político. Me cuesta mucho tiempo, trabajo e incluso dinero defender mis ideas. Algun@s hemos decido no pasar vergüenza política nunca, señora. Entérese, por favor.

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