Esto no tiene nombre nº 427

Por si ustedes no lo saben, pueden participar en este mismo medio en su versión digital www.torreguia.es . Aquí, sus opiniones sobre la actualidad serán gustosamente recogidas y difundidas. No les voy a engañar. Como ven, estoy haciendo publicidad de este mismo medio, en el que vocacionalmente colaboro. El ciudadano al que aspiro tiene necesariamente unos deberes que cumplir y unos derechos que retribuir. En cuanto a esto, los textos que ordenan las Constituciones, Española y Europea, los jurídicos, los de Derechos Humanos, los de funcionamiento de autonomías y municipios, los laborales, etc., recogen el conjunto tanto de aquellos como de éstos. Entre todos ellos, existe para mí un deber no incorporado a ningún texto y no por ello menos importante; se trata de la conveniencia de seleccionar y formar su propia opinión, accediendo a los tipos de contenido que más le interesan o sencillamente son de su gusto, siendo derecho participar con ella en un lugar apropiado para ello, precisamente en un mundo superpoblado de información creciente a través de los diferentes formatos, en papel impreso, digitales, de radiodifusión o audiovisuales. No pienso perder el tiempo en comentar un dislate como la dotación de un Premio de Novela «Ciudad de Torrevieja» que grava nuestros bolsillos severamente, que se nos ha malvendido como un aporte de primer orden, dedicado a fomentar la cultura y, sobre todo, a ejercer como embajador y promotor turístico de la ciudad en el exterior. Yo no me figuro a nadie organizando sus vacaciones sólo porque ha leído una novela de tal fulano o mengana y en la contraportada podía leerse la palabra Torrevieja. Sencillamente, no me lo creo. Lo que quiero comentar aquí es algo que me parece tremendamente injusto, «casi un delito» (sé que no está tipificado, por eso digo «casi», algún día lo estará). Me refiero a la discriminación a la que nuestro Ayuntamiento somete a este medio, subvencionando a otros que les «bailan las gracias» y castigándonos a nosotros sin un solo módulo de publicidad institucional. Esos recursos no estarían mal si fuesen invertidos -la publicidad siempre es una inversión- con financiación a cargo del PP local; pero no es aceptable haciéndolo con dinero de todos. Me atrevo a usar mi expresión favorita: «o foll…s tos… o la puta al río».

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