La bandera

España es actualmente la campeona europea de fútbol, firmes candidatos a ganar el Mundial de Sudáfrica (según la FIFA). La bandera española ondea en media Europa allá donde viven españoles. También se ven banderines en los automóviles, y, cómo no decirlo, hoy en día y gracias a nuestro poder adquisitivo (a pesar de la crisis), los españoles nos podemos permitir el lujo de comprarnos «la bandera», bufandas, gorros… para acudir al estadio de fútbol y orgullosos lucir los colores nacionales por las calles. Hasta aquí todo normal.
Quisiera dar un repaso breve a la trayectoria de mi vida para situar al lector al motivo que me mueve a escribir éste artículo sobre «la bandera».
A finales de los 60, emigré desde mi Córdoba natal, con toda mi familia (esposa y cinco hijos, la mayor con 7 años y el pequeño con siete meses), a Alemania, en busca de un futuro para mis hijos y una mejor situación económica. Al principio fue muy duro adaptarse: el trabajo, el clima, el idioma… Pero hoy, gracias a Dios, me he visto recompensado en todos los aspectos. Ni un solo día dejaba de hablarles a mis hijos de España, nuestra Patria, inculcarles los valores de la familia, el trabajo, sus raíces y sobre todo el amor a España, el país más maravilloso de la Tierra…
Hace dos años, ganamos la final de la Copa de Europa, y precisamente contra Alemania, y aquí ocurre el fenómeno y la reacción no sólo de mis hijos, sino también de mis nietos (9), que, aunque viven en este país y están casados con alemanes, la alegría, el orgullo de ser españoles era desbordante. Colocaron la bandera española en sus ventanas, me llamaban locos de contentos, fue algo muy bonito, jamás lo olvidaré. Tenemos una hija en Mallorca, también casada con un alemán. Ese día de la final se encontraba en un gran salón con más de cien personas TODAS alemanas, ella era la única española. Antes de empezar el partido, me llamó y me dijo: «Papá, ¿qué hago…? Aquí hay un ambiente puro alemán, todos con camisetas alemanas, las mujeres con la caras pintada con los colores alemanes…». Yo le contesté: «Hija, corre y te compras la roja, de la Selección Española». Y así lo hizo. Se compró precisamente la número 9 de Torres, el que le dio el triunfo a España. Al terminar el partido, su marido la montó a hombros y la paseó por todo el local, entre los aplausos y vivas a España de todo el público alemán que allí se encontraba. Me volvió a llamar y no le salían las palabras, sólo lágrimas de alegría…
Y ahora voy con el verdadero motivo que me «obliga» a escribir sobre «la bandera». Mi esposa y yo llevamos algunos años jubilados y viviendo en Torrevieja. Somos socios de la Macrodiscoteca del Centro Municipal de Ocio (CMO), al cual asistimos regularmente. Pues bien, el pasado viernes 28/05 acudimos como siempre, nos dirigimos a la pista, y notamos que una pareja se nos quedó mirando descaradamente, pero en concreto a mí. Entonces, mi esposa les preguntó: «¿Qué pasa…? ¿Os gusta el polo que lleva mi marido puesto…?». Tengo que decir que, en mi última visita a Mallorca, me compré un polo (camisa, saquito o pullower) en color azul marino, que en la parte delantera tiene bordado un jinete y su caballo, como jugando al polo, en color blanco y en la parte derecha tiene la bandera española, en pequeño. La fabricante de esta marca (Polo) es inglesa, los hace con la bandera alemana, inglesa, italiana… Pero, claro, yo, como español, escogí la española, lo más natural. ¡Cuál no fue mi sorpresa, cuando esta pareja dejó de bailar y el marido se dirigió a mí, señalándome la bandera, y me dijo que yo iba provocando, y que no sería de extrañar que en la calle me dieran una paliza! Yo no salía de mi asombro. Le pregunté y me dijo que corrían «malos tiempos». No comprendo estas palabras. La verdad es que no sabemos de qué parte de España viene este pobre hombre a Torrevieja, con esas ideas, no sé si estamos ante un nacionalista, un separatista o un republicano, de todas maneras, no es el sitio adecuado, ni la persona a quien se ha dirigido, ya que yo no tengo afinidad política alguna, ni izquierda, centro o a la derecha. Mi única idea política ha sido siempre, la familia y el trabajo, y precisamente a mí, sin yo haber intercambiado una sola palabra con éste hombre, ni conocerlo de nada… Después de tantos años en el extranjero, regreso a mi país, y miren con lo que me encuentro, y sólo por llevar en la camiseta la bandera de España… Juzguen ustedes mismos… De todas formas, quiero recordar que, en el último tramo de nuestras vidas y a esta edad, sólo nos queda divertirnos, pasarlo bien y dejarnos de «malos rollos», y el que quiera hacer política que se marche a su tierra, y sobre todo que respete a los demás…
Muchas gracias por su atención.

Antonio López
Vecino de Torrevieja