Con la que está cayendo, para «rellenar» un espacio de 30 líneas, la dificultad es precisamente ceñirse y cuadrar la expresión de mi opinión a eso, 30 líneas. Durante un tiempo, siempre escuché el mismo tipo de expresión resignada: «Esto siempre ha sido así», «todos los políticos son iguales», «el que manda… manda», «¿qué le vamos a hacer?», y un largo etc. Aborregados están los que eso dicen sin ruborizarse y afirman que las cosas mejor dejarlas como están. Pues éste que les escribe piensa que todo se puede cambiar, que no se puede generalizar, que la individualidad no es patrimonio de unos pocos. Cualquiera quiere mejorar las cosas, el problema es: ¿puedo yo cambiar las cosas? Esta pregunta se la planteo a los desanimados. Mejor intentarlo y fracasar que no haberlo intentado nunca. Lo más irracional es persistir en el error y, aún peor, no extraerle la enseñanza. Los amantes del poder, las personalidades «ultramontanas», hoy por hoy se la juegan, porque ya los tiempos no están para eso. Para bien o para mal, la gente ha transmutado sus dendritas y axones por bites de 0 y 1; las retinas las tienen llenas de píxeles, la información rueda en tiempo real a velocidad de vértigo y la «tele-predicación» ya no alinea a una nueva generación, más crítica, más preparada para estos tiempos que corren y, sobre todo, «sobreinformada». Ya no somos tan manipulables, o sí, según se mire. Internet está lleno de historias sobre los grupos de poder en la sombra, que «haberlos haylos». Podrán joderme vivo aquellos que supuestamente están para ayudarnos, más preocupados de su infinita hambre de poder y gloria y de seguir influyendo de manera autoritaria en la vida de los demás. La democracia necesita organización, diálogo, consenso y demasiadas acciones para poder reflejarlas en estas líneas. La mayoría no se cumplen. Empezaré por quejarme al nivel más próximo. La rueda gira y pone abajo a los que están arriba y viceversa. ¡Joder! ¿Es que no conocéis la carta número 10 del Tarot? ¿Por qué creéis que existe ese arcano? Todos los imperios conocidos han caído y seguirán cayendo, el «pedroandiano» también y arrastrará con él a otros; entre ellos, a esos concejales expulsados de sus partidos que ya no representan a nadie, que se niegan a irse, a los que yo, si pudiera, me negaría a seguir pagándoles, porque ya no sirven a la ciudadanía. Siempre me han dicho: «una imagen vale más que mil palabras»… ¡Ya se ve… ya! http://www.aarteatumatiko.com
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