Hay momentos en la vida que son los mejores, inolvidables, fantásticos… Pero cuando crees que todo empieza a ir bien, que nada malo puede suceder, que serás feliz todas las mañanas, hablando de nuestras cosas, de nuestros viajes, de nuestros planes… Siempre hay algo o alguien que te hace que todo vuelva a la cruda realidad, a la tristeza en todas nuestras caras, al decir cada mañana que te falta algo y que sin ello no puedes vivir, que eso formaba parte de la familia y ahora en vez de ser ocho seríamos siete.
No eres la misma persona porque algo falta en esa casa y sabes que, aunque sólo fuera un animal, «ella» lo era todo para ti, ella siempre te protegía, siempre estaba contigo cuando tus padres se iban, siempre estaba ahí. Ella me salvó la vida en tres ocasiones, fue el mejor animal que tuve.
Siempre estaba al lado tuyo para darte su «cariño» con tan sólo mirarte. Y aunque la mayoría de veces siempre pasábamos de ella, porque ya estaba mayor, no podía hacer lo mismo que nuestro otro perro, estaba floja, se iba cayendo… Siempre la hemos tenido presente en cada momento de nuestra vida, como una más de la familia, recordando todos los momentos que hemos pasado juntos, desde que un día de verano llegaste como si nada a nuestra casa. Fuiste y serás la mejor perra del mundo.
Siempre estarás en nuestros corazones, TE QUEREMOS MUCHO, NALA.

Familia Ballester-Balaguer