Esto no tiene nombre nº 441

En los últimos 50 años, la humanidad ha intervenido sobre la naturaleza y transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia. Esto ha contribuido a obtener considerables beneficios para el bienestar humano y para el desarrollo económico, pero no para todos los habitantes del planeta, y se ha realizado a costa de deteriorar el aire, el suelo, el agua y la diversidad biológica. Este deterioro está provocando la acentuación de la pobreza para millones de personas y miles de comunidades humanas, la extinción de numerosas formas de vida y la pérdida irreversible de los beneficios y servicios proporcionados por los ecosistemas destruidos, haciendo disminuir considerablemente las posibilidades de desarrollo de las generaciones presentes y futuras. El uso de recursos ha excedido los límites: la población humana mundial usa más recursos que los que el planeta puede generar. La humanidad se encuentra sumida en una deriva progresiva hacia un escenario global de futuro incierto, amenazado por un cambio climático de consecuencias catastróficas y una crisis sistémica sin precedentes. El cambio climático no amenaza al planeta en tanto que tal, pero sí a la civilización humana. La humanidad corre el peligro de perder el control sobre su propio destino. La era del despilfarro ya no puede continuar; la autorregulación del mercado ha resultado ser un espejismo. Las políticas tradicionales no han tomado nota de esta realidad e insisten en un modelo de desarrollo inviable. En este contexto la pasividad política no es una opción. La crisis ha puesto al descubierto las debilidades del sistema productivo español. La profundidad de la crisis no ha sido el resultado de la rigidez de las relaciones laborales, cuando duplica las tasas europeas de temporalidad. Tampoco se debe a un exceso de gasto social, cuando es bastante menor que el de los países de su entorno. Los Verdes ya son un «tsunami» a nivel mundial; en Torrevieja, tenemos una locomotora en este sentido: Los Verdes de Torrevieja, con José Manuel Dolón al frente, con toda seguridad el mejor alcalde posible para llevarnos a un mundo sostenible para tod@s. ¡Felices fiestas verdes a tod@s!

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