Adiós, poltronas

Antonio J. Vera Ortigosa
CEL PSPV-PSOE Torrevieja

Existen dos formas de entender la política: como un servicio público y como la entiende el PP de Torrevieja. Tras 23 años al frente del Ayuntamiento, es comprensible que el torrevejense desconfíe de sus políticos. Hemos sido gobernados por un PP que se ha humillado hasta convertirse en un títere interesado de los desvaríos egocéntricos y de los intereses personales de nuestro actual, y ya descontado, alcalde. Ahora, además, estamos viendo un PP que presenta a un «mandao» sin preparación a la Alcaldía, un PP tan falto de moral y ética que ve normal que su candidato haya sido impuesto por el imputado Hernández Mateo, autorizado por el imputado Ripoll y refrendado por el imputado Camps, un PP que sólo esta pendiente de los 3 concejales que le va a quitar Soler y de lo que le deberán dar para recuperarlos y un PP que, ante el miedo a perder, está exacerbando su odio a todo lo que le supone una amenaza. En este caso, su odio hacia un PSOE que por primera vez en muchos años no está bajo su control, se ha deshecho de sus miasmas y apuesta firmemente por ganar.
Dice el refrán que cree el ladrón que todo el mundo es de su condición. Aplicándolo, dicen en el PP que los del PSOE si ganan van a robarles «sus» asientos, van a darle trabajo solo a sus amigos, van a despedir a los que no les voten, van a fomentar el odio contra el que piensa diferente y van a decirles a allegados y empleados dónde no deben comprar; justo lo que han hecho ellos durante 23 años. Pues es mentira. El PSOE está aquí para garantizar con trabajo y empleo que nuestros hijos no tengan que volver a emigrar como hicieron nuestros padres; y para volver a hacer de Torrevieja la ciudad atractiva, limpia y acogedora que fue hasta hace unos años. Y, por cierto, los que dan y quitan los asientos en el Ayuntamiento son los votos; el PP es el que ha convertido esos asientos en poltronas tras años de prepotencia, desvergüenza y saqueo y ahora se cree que son suyos. Por eso están tan preocupados, porque si Ángel Sáez gana las próximas elecciones saben que los asientos recuperarán su verdadera utilidad, servir al ciudadano. Y las poltronas y ellos dejarán de ser una lacra y pasarán a ser sólo un recuerdo nefasto.