Soy un indignado más.

Estimados contribuyentes, quiero transmitir mi indignación a través de este escrito y que ustedes sean cómplices si están de acuerdo conmigo, y si no, tan amigos.
Mi indignación nace al leer en un medio de comunicación las declaraciones de la presidenta del Ilustre Colegio de Médicos de Valencia, donde dice que la solución de la situación actual de la Sanidad Pública es el COPAGO.
Yo pregunto, ¿dónde ejerce esta señora su trabajo diario como doctora? ¿En la sanidad pública o en la sanidad privada? Esta señora, por lo que se ve, está en SU luna.
Esta señora sabe que la sanidad pública se está deteriorando y ello podría tener parte de culpa en este asunto, para que los pacientes de la larga lista de espera se vayan a la sanidad privada, en deterioro de sus economías y en beneficio de la sanidad privada, de la que seguramente ella es un adalid.
Pregunto: ¿Sabe esta señora que la Seguridad Social, a día de hoy , tiene superávit entre gastos e ingresos debido a la cotización diaria de entre 17.500.000 y 18.000.000 de trabajadores que hay en activo, sin contar la economía sumergida?
Mi indignación crece por el acoso que hay a los servicios públicos como la sanidad, donde personas como esta señora, sin escrúpulos éticos y morales, se atreven a decir estas barbaridades. Yo le pregunto a esta señora presidenta si un paciente tiene que pagar el COPAGO por ir a preguntar a su médico/a de familia cuándo le van a recibir en cualquier especialidad después de estar seis meses o más en lista de espera y que además se está medio muriendo.
Estoy convencido de que ésta es una reflexión personal de esta señora y que no recoge el sentimiento mayoritario de los médicos valencianos.
Quiero hacerle un par de reflexiones a la señora presidenta del Colegio de Médicos de Valencia. Yo tengo diálogo fluido diario con médicos y farmacéuticos y me dicen que lo último que harían sería tomar un medicamento genérico, y a nosotros últimamente nos los meten hasta con calzador.
Argumentan que normalmente se producen en los llamados «chiringuitos», en su «argot» coloquial, nada de laboratorios de garantía y sin el máximo control del Ministerio de Sanidad o, en su caso, de la Conselleria correspondiente.
Quiero hacerle a la presidenta, si por casualidad le llega este escrito, la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que los medicamentos genéricos se expendan en farmacias sin el precio correspondiente en su envase?
Sabemos de sobra que una de las fugas de dinero de la Seguridad Social es el oscurantismo en el pago a los fabricantes de medicamentos, donde sus márgenes de ganancia son escandalosos. ¿Quién controla al controlador? Pregunto. Lo que está claro es que estos «listos» nos quieran cobrar lo que tenemos ya pagado.
¿Hasta cuándo? Al tiempo.
Posdata: Algún día abordaremos los múltiples cargos del sr. Albaladejo. Creo que no da abasto a todo. Bueno, para eso ya tiene a los asesores de ¿70.000? euros.
Nota: Lo aprobado en Italia por el Gobierno de la derecha confirma este escrito y el ataque a las economías más débiles. Mientras, los que han provocado la crisis siguen forrándose y con sus clínicas privadas si se ponen enfermos.

Gerardo Garrido

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