A sólo unos días de unas eleccciones generales, tan importantes a nivel nacional, no parece que estemos concienciados para ellas. La apatía que producen estos comicios no se sabe si viene provocada por el malestar general, que supera ya todos los límites, o por la falta de ilusión que transmite la política actual en unos ciudadanos tan desencantados. El éxito suscitado a nivel mundial por el movimiento de los indignados nos da la medida del hartazgo que demuestra el pueblo llano respecto a la clase política. Es algo que debería ponerles sobre aviso, porque es mucha la gente descontenta. Después de tantos siglos de opresiones de distintos signos, parecía que la democracia que habíamos conseguido era el mejor sistema, pero resulta que se está pervirtiendo de una forma tan brutal y hasta unos límites tan exagerados que el pueblo se rebela, asqueado y ofendido por todo lo que se está viendo.
Hay cosas tan extrañas como las que están sucediendo estos días y que no se acaban de entender. Asociaciones tan arraigadas como ALPE y Esperanza y Vida, con la gran labor social que desarrollan, durante tantos años, denunciando situaciones límite, al no recibir el dinero que les adeudan desde la Generalitat. Mientras, se dan miles de euros a otros fines, quizá menos edificantes. Nos sorprende escuchar que, en estos momentos, con las necesidades que atraviesan tantos torrevejenses, se haya aprobado, según parece, pagar con dinero público «la defensa del honor» de un concejal, un asesor y un funcionario, ofendidos, al parecer, por comentarios en Internet. Se ignora que en la red cada cual es responsable de lo que escribe, ¿o tal vez no lo ignoran y lo que se pretende es recortar la libertad de expresión del medio, para que no deje opinar a los ciudadanos libremente? La duda siempre es la misma, ¿qué es lo que valoran los políticos a la hora de administrar el dinero público?
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