Los cuatro meses de Gobierno del primer edil de Torrevieja superan con creces las falsas expectativas depositadas por los ciudadanos en esta persona.
La definición de «gobernanza», según el diccionario de la RAE, dice: «Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía».
Recordemos cuál fue el contenido del primer pleno y del primer punto como orden del día: fue la puesta en escena de la revisión del sueldo del primer edil, superando en cuantía al anterior y además, marcarse un sueldo superior al presidente de la Generalitat. Recordemos que se fijó un sueldo bruto de unos 4.500 euros mensuales, lo cual él desmintió rotundamente, diciendo que él sólo ganaba 3.300 euros netos al mes. Evidentemente, el señor Dolón pensaba que estaba contratado por un equipo de la liga de las estrellas, donde los futbolistas exigen el sueldo limpio que quieren cobrar y la entidad futbolista paga los impuestos. Los empleados públicos y los políticos, al igual que el resto de los trabajadores, tenemos un sueldo bruto y de ahí tenemos que pagar, cada trabajador, el IRPF correspondiente.
Como hemos podido observar, las políticas de este edil son una continuidad del anterior. Como se ve, el anterior no se había enterado de que España estaba en crisis y Torrevieja también. Hemos seguido con el Premio de Novela «Ciudad de Torrevieja» (el coste de este evento estaba entre los 5 y 6 millones de euros). El barco Pascual Flores está actualmente en un pantalán «muerto de risa» y pagando el seguro que es obligatorio, al igual que la ocupación de aguas y el gasto de mantenimiento. Todo ello con la falsa promesa que nos había hecho el antecesor y los responsables del Consell, los que se lo iban a alquilar para diversas actividades. Se conoce que tampoco los responsables del Consell se habían enterado de que España estaba en crisis.
A este dislate de cosas, tenemos que sumar la construcción actual del nuevo Museo de la Semana Santa, cuyo coste se cifra en torno a los 6 millones de euros, que financia el Consell. Bueno, los terrenos no se cuentan porque son propiedad del Ayuntamiento. La verdad es que la obra no se puede echar para atrás, pero sí su uso. En definitiva, si se están pagando en alquileres elevados para dependencias municipales, lo lógico y normal sería adecuar las instalaciones del museo en dependencias y así ahorrarnos un buen dinero; por ejemplo, el local que se emplea de archivo municipal, al parecer se están pagando 9.000 euros mensuales de alquiler.
Y todo esto viene a las declaraciones que el otro día hacía el primer edil, a través de la redes sociales, de que le había costado un disgusto muy grande tomar la decisión del pago de los autobuses escolares por parte de los usuarios. Desde luego que si hiciera una política social adecuada estas cosas no hubieran pasado. ¿Cómo es posible que, por el uso de los autobuses urbanos, se cobre una cantidad de 35 euros por todo un año y, por los autobuses escolares, sean 25 ó 30 euros mensuales?
No cabe explicación. En los autobuses urbanos debe pagar todo el mundo, a excepción de aquellos que verdaderamente no tienen medios, pero claro, hay que apoyar al voto. Lo incomprensible es que tenga que pagar todo el mundo por el uso del autobús escolar. Señor Dolón, todavía queda mucha legislatura por delante. Haga de su participación como primer edil y responsable de la administración de este Ayuntamiento una verdadera «gobernanza», haciendo verdaderas políticas sociales.
Joaquín Garrido
D. Garrido, ¿les ha dado o solo les ha raspeado?
en primer lugar yo diria que la palabra gobernanza no existe en el diccionario español de la lengua. eso de aplicar palabrejas que vienen del extranjero y usarlas aqui como si fueran españolas,hacen un mal negocio a lalengua de cervantes. por lo tanto hay que eliminarlas de los vocabularios de los españoles que desean hablar bien nuestro idioma .tomen nota, los que la utu¡ilizan….