En casi todos los medios de comunicación se viene hablando y escribiendo del “déficit”, incluso esta palabra está sirviendo de enfrentamientos y debates políticos entre los diferentes partidos. También unido a esta palabra se está utilizando la de “reformas y ajustes” para reducir el conflictivo déficit.
Pero ¿Qué es el “déficit”? Este se produce simplemente cuando nos gastamos más dinero del que disponemos. Pongamos un sencillo ejemplo: Supongamos que tenemos un sueldo de 1.000 € y resulta que me quiero comprar un televisor que me cuesta 1.500 €, si resulta que me gasto 600 € en mi mantenimiento personal, solamente dispongo de 400 € para comprar el televisor, por lo tanto, tengo que solicitar un préstamo para poder comprarlo y endeudarme, o sea que me he gastado más dinero del que yo disponía y entro en un déficit de 900 €. Pues, esto es lo que se ha venido realizando hasta ahora en el estado y en muchas de nuestras comunidades, se han endeudado tanto que ahora no disponen de dinero para cubrir los gastos corrientes de sus presupuestos generales. Y ¿de dónde han sacado el dinero necesario para cubrir los déficits? Pues, de la emisión de bonos y empréstitos que ahora cotizan en Europa a un alto tipo de interés que también incrementa dicho déficit, así como de los bancos que negocian estos bonos.
En la primera semana de Pascua he realizado un viaje por algunas zonas de nuestro país y he podido comprobar algunos de los muchos disparates que se han hecho sin necesidad y con unas inversiones tremendas; voy a poner por ejemplo el aeropuerto de Ciudad Real, resulta ser que no tiene ningún servicio porque no existe demanda de vuelos, es una obra muerta, podemos ir también al aeropuerto de Castellón, le ocurre exactamente los mismo, he pasado por la autovía Cuenca – Madrid, no tiene apenas circulación y tiene otra paralela de Valencia – Madrid y así podemos ver muchas obras de infraestructuras completamente innecesarias que, por mantener los votos y el poder, se han efectuado despilfarrando el dinero que ahora tenemos que pagar con intereses ya que forman parte del tan mencionado déficit.
Esta situación nos lleva a que nuestros inversores tengan muchas dudas de entrar en negocios con nuestro país, dado que desconfían que se les puedan pagar nuestras deudas y también nuestros proveedores tienen sus dudas por el mismo motivo; nuestros bancos están limitados por la crisis a dar créditos a las empresas porque no disponen del dinero necesario y deben cubrir unos coeficientes de seguridad que les exige el Banco de Europa; también está la falta de confianza que tienen las empresas por la falta de consumo en nuestro país. Por todo esto es necesario que desaparezca este “déficit” de nuestras cuentas para generar confianza y que los bancos cobren sus inversiones en bonos y comiencen a dar créditos y préstamos para que nuestras empresas se pongan en movimiento y generen puestos de trabajo, el desempleo vaya cediendo posiciones y el consumo crezca en nuestro país. Todo esto será posible con un sacrificio de todos en estos momentos tan cruciales donde no cabe la demagogia y si la verdad y la seriedad.
Carlos García
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