El Periódico de Torrevieja nº476

En momentos tan críticos como los que estamos pasando actualmente, con tantos ajustes, recortes y subidas desmesuradas de tasas e impuestos, no sabemos si es más doloroso el que nos aprieten más y más cada día sin ser capaces de tener el detalle de no hacer ostentación -aunque sea como gesto testimonial- de sus astronómicos sueldos y beneficios, o que a cada momento surjan nuevos escándalos económicos. Entre los más espectaculares que han surgido estos días, están esos bancos a los que se ayuda con millones de euros, de dinero público, porque no han sabido gestionarlos bien sus responsables, muy bien pagados por cierto, mientras que ellos mismos están desahuciando a miles de familias que no pueden pagar sus hipotecas. También vemos con estupor cómo el Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, al que acusan de gastar miles de euros -de dinero público- en sus fines de semana privados, con escoltas incluidos y, para defenderse, dice que «eso es una miseria» con la que está cayendo. Da la impresión de que han perdido totalmente el sentido de la realidad y, por supuesto, de la moral. Es que parece que van a ver quién hace o dice el disparate más grande. Estos señores tan privilegiados, ¿no son capaces de mirar a su alrededor y ver cómo está la situación de la población? Cuando se están haciendo inalcanzables para la mayoría la Sanidad, la Educación o la Justicia. Por eso los jóvenes están más indignados aún que el año pasado. Que entre cazadores de elefantes y corrupciones de todo tipo se llega a donde estamos. Y cuando el juez les pregunta, se limitan a no responder. Entretanto, por aquí, enmedio de tanta fiesta, parece que se intente fulminar a alguien, mientras se distrae creyendo que los enemigos están en el sitio equivocado.

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