El derroche que no cesa

Antonio José Vera Ortigosa
Miembro de la Junta Rectora del I.M. de Cultura como representante del PSOE

La realidad es cruda y tendemos a endulzarla o a ignorarla directamente. Por ejemplo, nadie dice públicamente que el Ayuntamiento de Torrevieja esta en la ruina. 27 años de enchufes y derroches del PP han esquilmado las arcas municipales hasta dejarlas más secas que la cuenca del Segura en pleno agosto. La situación llegó a tal extremo hace unos meses que no se pagaba a nadie y los bancos salían corriendo cada vez que el manirroto al mando iba a pedirles más y más dinero. Así que hubo que recurrir a Papá Estado y este nos prestó 16 millones de euros, 2.700 millones de las antiguas pesetas, que vamos a estar pagando durante generaciones a través de nuestro ya disparatado IBI.
Salvado el ahogo, el día a día ha ido a peor, porque todo ha ido a peor. Todo menos una cosa, la Concejalía de Cultura, para la que está claro que no existe la crisis ya que periódicamente exprime nuestros impuestos con conciertos carísimos como los de este año de Bisbal, Raphael, Pantoja y, ya en el colmo de la caspa, el próximo de Francisco.
Hasta ahora creía que el único fin de los mismos era mantener a los amigos contentos a cualquier precio y que siguieran votándoles. Si no, no se explicaba que solo asistan 1.800 personas al concierto del verano, el de Pantoja, y digan que ha sido un éxito; o que para el primer concierto de Bisbal se saquen a la venta 1.100 entradas de un aforo de 1.452, lo que significa que 352 entraron sin pagar; a 1 de cada 4, por tanto, le pagamos la entrada con nuestros impuestos. No veo la rentabilidad por ningún sitio, al menos para Torrevieja.
Pero aparenta no ser ese el único fin. El GMS y yo personalmente llevamos meses pidiéndole a la Concejalía la documentación referida a esos conciertos y se niegan a darla. No sabemos cuál es el coste real de los mismos. Curiosamente, todos ellos tienen 2 cosas en común: a pesar de haber un promotor privado, el Ayuntamiento paga la parte fija del caché del artista, evitando que el promotor corra ningún riesgo. Y la otra cosa es que el promotor es en todos los casos una empresa de Ernesto Huesca, ese señor que, a pesar de ser un afortunado que cobra adelantos en metálico del Ayuntamiento, tuvo la indecencia hace poco de salir llorando en los medios diciendo que lo de la Pantoja no había ido bien. Si ponemos el dinero, el local y los medios, ¿para qué pagarle a un promotor privado? Y, sobre todo, ¿por qué casi siempre es el mismo promotor?
Para transporte escolar, para dependientes, para políticas de empleo, para limpiar las calles o para transformar la caridad en verdaderos servicios sociales no hay dinero. Para Ernesto Huesca sí lo hay, el que haga falta. Es el mayor enchufado de Torrevieja. Qué suerte tiene alguno y qué poca vergüenza tienen otros.