Muchos son los vecinos de Torrevieja que tienen cierta antipatía hacia nuestra perrera, muchas veces influidas por los rumores que a veces circulan o circulaban, «nada bueno». Yo, antes, pensaba igual, realmente la odiaba. Estos pensamientos parecidos les serán familiares a muchos, lo que quizás provoca el rechazo de venir a adoptar a estos pobres animales y terminen gastándose un dinero.
El motivo de escribir esta carta no es otro que lanzar una lanza sobre la perrera, por el gran cambio que se ha efectuado gracias a la dedicación y buen corazón de los protectores, voluntarios y los trabajadores que están haciendo un buen trabajo. Por eso, yo animaría a que, si tienen tiempo, vengan a comprobarlo como lo he hecho yo. Y podrán disfrutar de perros de diferentes razas y tamaños que están deseando ser acogidos en sus hogares.
A los que lo han hecho ya, les doy las gracias por su buen corazón, y, eso sí, espero que sea para toda la vida, y a los demás lectores les animo a que, si pueden adoptar, vayan a la perrera y adopten, ellos se lo agradecerán.
Una amiga de los animales
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