A escena nº492

Estaba yo pensando en las musarañas cotidianas cuando recibo un correo para que me ponga las pilas y escriba el artículo dichoso. Uno, a cierta edad, va sabiendo lo que le va a la gente en general en esto de la información, y por ello me decidí hace tiempo en pasar de muchas noticias que engordan el día y el ego de políticos y demás. Así que principio escribiendo de una noticia que a casi nadie le importa, pero que es bueno lanzarlas al mundo. Por ejemplo, a Javier Montoro -que es mi jefe, y de ahí el baboseo que me notaba una secretaria que tenía el equipo verde- le ha dado ahora por tomar medidas a corto y medio plazo para provocar un importante ahorro energético -que Dios se lo pagará cuando deje de ser concejal de este Ayuntamiento- de más de quinientos mil euros, que se dice pronto, y que no deja de ser una gestión para optimizar recursos, ahora que estamos en una difícil coyuntura económica. Y quien dice energía dice telefonía, y a otra cosa mariposa, y que cada palo aguante su vela, como dice la Cospedal de los Cospedales, pero con los sobresueldos en sobres -valga la redundancia de los sobres- y financiaciones irregulares, y que, oye, nos quieren tomar por gilipollas de tomo y lomo. Así que ya sé por dónde van los tiros del alumbrado público, una filosofía que comparto, sea mi jefe o no: ahorrar energía pero no apagando farolas, oye, sino con cambios en las tarifas, aprovechando que el mercado está liberalizado, y otras medidas más técnicas, pero que a medio plazo darán un resultado sorprendente. Dicho lo cual, escribo ahora de lo que realmente interesa por el morbillo y demás: ahora resulta que un alto cargo de la Generalitat afirma que Camps tenía una empatía total por «El Bigotes», que es una forma de soltar lastre cuando te encuentras empitonado; que la Generalitat, por acuerdo del expresidente, se ha hecho cargo de las deudas del Valencia Club de Fútbol, más de cien milloncejos de euros, con todo lo que está cayendo. Hay dinero para lo que quieren, como decía mi abuela. Y demostrado está. La expresidenta de las Cortes Valencianas, Milagrosa, está en el punto de mira del Fiscal de Valencia, y le pide 11 años de prisión por el caso Gürtel, que destapó el juez Garzón y le costó la expulsión de la Magistratura. La Generalitat ha permitido las carreras de coches en las pistas del aeropuerto de Castellón, de manera que Fabra sigue haciendo lo que le sale de los cojones (perdón por la castiza expresión). El rescaste de las entidades financieras, Banco de Valencia, CAM y Bancaja, nos costará a los contribuyentes unos 19 mil millones de euros de nada; que el Banco de Valencia pasó a manos de La Caixa por el simbólico precio de 1 euro. El Ayuntamiento de Castellón activa los foros de debate con vecinos, empresarios, agentes sociales, para rediseñar el futuro de la ciudad y su Plan General. Aquí, de momento, la cosa en sí está como desactivada, y va para largo. Así que uno lo que prefiere en estos momentos es poder llevar a su novia a pasar una mañana en el puente de los suspiros en Venecia, o besarse con la susodicha en un rincón del salar de Atacama, al norte de Chile. Suerte, lectores, y al toro.

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