Demasiado fuerte el clima de corrupción absoluta instalado en las más altas instancias nacionales. ¿Dónde está la ética? Las manifestaciones se suceden contra tanta desvergüenza, pero parece que les da igual. La gente que no tiene trabajo, ni apenas para comer y ven cómo van recortando los derechos más elementales en sanidad, educación o justicia, por falta de dinero, se rebelan y protestan contra aquellos que se lo han llevado a manos llenas «supuestamente» y se quieren salir por la tangente. Pero lo peor es que no se ven actuaciones contundentes para atajar el gran problema, sino al contrario, intentan tapar y esperar que amaine. Algo que da a entender que ellos están involucrados, en mayor o menor medida. Es cierto que en otras ocasiones hubo brotes de corrupción -parece que esto va implícito en el ser humano- pero los «personajes» eran apartados y se les juzgaba. Ahora no, ahora se les protege hasta el máximo y cuando ya no se puede ocultar, se intentan apartar con cuidado, como para no alterarlos, no sea que hablen. Aún así, sabiendo ellos el poder que guardan, se están rebelando -conforme pierden privilegios- y empiezan a soltar «lastre» poco a poco, por entregas. Lo que tratan de ocultar va manchando a todos, dando la sensación de que la corrupción está tan generalizada que todos forman parte de ella. Mientras tanto, tratan de esquivar y silenciar a los medios de comunicación, con amenazas de querellas -ahí no pueden comprarlos, como en las pequeñas ciudades-, pero ya no sirve de mucho, porque todo ha trascencido a los grandes medios internacionales, que están escandalizados, haciéndose eco de la triste imagen que España y sus autoridades están ofreciendo al mundo.
Dejar una contestacion