Confucio
Es conveniente buscar refugio en la concentración cuando se multiplican los problemas o si no se ven posibles salidas, como si este mero recurso abriera nuevas perspectivas.
Hasta el momento, existen cinco programas internacionales para impulsar la movilidad en los sistemas educativos a nivel superior: Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius, que van a complementarse con un plan japonés extensible a todos los niveles: El «Futogino Henko» o «Cambio Valiente» tratará de impulsarlo a lo largo de 12 años para conseguir mejores resultados a nivel universal. Se trataría de sentirse «ciudadanos del mundo» eliminando signos de origen nacional o religioso, reforzando sentimientos antibélicos y culturales, con cinco objetivos globales: 1. Consolidación de la Aritmética práctica. 2. Lectura continuada 3. Civismo de respeto a las normas de convivencia 4. Mastering de la computación de las redes sociales y 5. Control de al menos cuatro idiomas, con el respeto a la diversidad de culturas.
Por eso me he sumergido en las máximas del Maestro (Tse) de la Cultura oriental: Confucio Kung-Fu-Tse había nacido en el siglo V de maestros como Sócrates y LaoTse, en Qufu, de la actual provincia china de Shandong, dentro de una familia noble venida a menos. El «Confucionismo», lejos de ser una religión se mueve en otras esferas, tratando de buscar soluciones a los problemas del ser humano. Según el Maestro oriental de las soluciones prácticas en la vida, habría que combinar los valores éticos en armonía con el respeto a la naturaleza y basándolos en la observación personal. Son célebres sus máximas sobre la sabiduría: «Aprender sin pensar es malgastar la energía» o «si el sabio se limita a estudiar, sus conocimientos nunca serán profundos».
Y con referencia al problema de la crisis, bastará con mencionar los recortes en la sanidad y en la educación para no precisar preguntas.
HECHOS Y DICHOS
El que anda mucho y lee mucho, llega lejos y sabe mucho. Miguel de Cervantes
LA EDUCACIÓN SEGÚN AQUEL DICHO
De tal palo, tal astilla.
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