Muchas preguntas se les suelen dar en el Parlamento o Congreso, como quiera que se le llame, y pocas respuestas claras en beneficio hacia la sociedad, más bien se contraatacan unos a otros argumentando que el dinero y las cuentas malversadas son culpa del Gobierno posterior o viceversa, dejando en quiebra el balance de las cuentas públicas. Es decir, partidos políticos se echan la culpa unos a otros en la mala administración y poco reconocimiento en el bien nacional. Pero ninguno declara la verdad. El político vino al mundo como cualquier otro hombre, no vino con rango de rey, ni tampoco, para mandar o pretender gobernar una nación, esa dirección se la da el pueblo y según prometa. Más bien vino a la vida en llevar una convicción altruista con la sociedad de su entorno y más allá, de servir, no ser servido, de honradez en el cumplimiento de sus deberes.
A veces los políticos gobiernan según los acontecimientos y circunstancias en políticas exteriores, otros en favoritismo hacia otros países, bien sea por diferencias políticas, o por favores o por intercambios bilaterales, en lo cual, aportan ingresos al país. Pero hablemos de política. ¿Qué es la política? ¿Por qué las personas eligen este camino?
Política es una de prácticas, hechas, institucionales y determinaciones del gobierno en turno de un Estado o de una sociedad. La actuación política se presenta en un comportamiento prudente y hábil en sus estrategias. Pero a veces se comporta agresivamente para conseguir un determinado fin, para llevar a cabo sus propósitos. Como es el caso de los gobiernos totalitarios. Actuar con política muestra por esta causa que el político es persona que se muestra fría y reservada, muestra habilidad y prudencia incluso en el engaño o en el manejo de los asuntos, miente o como mejor le venga, y a veces la prudencia la deja a un lado y emplea el agravatismo hacia la sociedad.
La política se asimila a un juego de naipes en el que lleva la baraja siempre sale ganando y el que apuesta pocas veces gana.
También se hace un poco de sonar ante la opinión general internacional, aportan algunos millones a los países que han sufrido algún desastre natural como ayuda humanitaria. ¡Claro! Según ellos, pero dentro del escenario político. Aunque las buenas obras siempre son buenas, también se hablan los que aplican, sus exportaciones o infraestructuras a estos países desventurados, sea como fuere, nadie hace algo por nada y menos en la política.
Gabriel Martín Iniesta
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