Comenzamos esta nueva serie de entrevistas con un cantautor, versolari decimos en el norte, que traduce al inglés como popsinger. Sus orígenes son tan antiguos como la cultura, pues tal personaje se dedicaba a convertirse en biblioteca ambulante de textos no escritos de los que Homero fuera él mismo Rapsoda y Aedos de sus propias obras épicas, la Iliada y la Odisea.
En nuestro caso se trata del argentino Ricardo Huerta, compositor e intérprete que ha logrado dar a conocer su trabajo en festivales internacionales a ambas partes del Atlántico. Baste citar como ejemplo el espectáculo «Un mundo para todos dividido» de Tegucigalpa, Honduras, que se ha representado en España, Francia, Suiza, Alemania y Bulgaria. Ricardo es incansable y, acompañado de su guitarra, no cesa de difundir sus interpretaciones en la Costa Mediterránea desde su cambio de morada en Torrevieja. Recientemente ha presentado la obra de ocho poetas de la Generación del 27, León Felipe, Emilio Prados, M. Altolaguirre, V. Aleixandre, Rafael Alberti, F, García Lorca, Jorge Guillén y Miguel Hernandez. La palabra no escrita se transformaba, a través de las cuerdas de su guitarra y de su voz, en ritmos contagiosos en el teatro de Rojales y en el centro del Ateneo Republicano de Torrevieja, y pronto lo hará en otras ciudades a lo largo y ancho de la la Costa Blanca levantina.
Le preguntamos a Ricardo si en realidad lo que él interpreta no es el mensaje poético de Pablo Neruda como eco de altamar de las voces republicanas del 27 en nuestra península, respondiendo a los gritos más recientes de libertad en países sudamericanos con otro sexteto como: García Márquez, Vargas Losa, Isabel Allende, Cortázar y Carlos Fuente. Su guitarra parece susurrar con valor los cantos de Ilusión y de Tristeza de nuestros contemporáneos, devorando sus relatos para superar la crisis.
HECHOS Y DICHOS
La guitarra es un toro con seis cuerdas, F. García Lorca.
Y PARA LOS ENAMORADOS
es al mismo tiempo Luz, Camino, Duda y Dolor.
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