Según varios medios de comunicación, unos setecientos (700) médicos de Madrid, algunos especializados, han sido jubililados a los sesenta y cinco años (65), cuando, al parecer, se les había indicado una posible renovación de sus contratos hasta los setenta (70). Al parecer, la mayoría de estos médicos estaban de vacaciones cuando recibieron la carta de jubilación.
¿Por qué tal insensible actitud contra unos profesionales que han estado trabajando muchísimos años cuidando a los enfermos? ¿Por qué las autoridades responsables de Madrid no consultaron a dichos médicos primeramente para intentar encontrar una solución más justa y humana para ellos?
Se cree que durante los próximos cinco (5) años, Madrid perderá cerca de unos mil trescientos médicos (1.300), con el objetivo, al parecer, de que la Conselleria de Sanidad se ahorre posiblemente unos sesenta millones (60 millones) de euros anuales.
Es decir, que los ciudadanos (incluidos dichos médicos), han tenido que sufrir los recortes y las austeridades, los cortes de salarios y el incremento de los impuestos, para intentar salvar a este país de la quiebra y de la humillación… ¿para luego ser tratados sin compasión y sin agradecimiento?
Cuando el Gobierno parece ser capaz de quitarse de encima a un millar de médicos, algunos especializados, muy necesarios ahora en nuestro país, no creemos sea una decision adecuada, especialmente cuando estamos perdiendo muchos profesionales que se han ido y están yéndose al extranjero, lo que nos obliga a pensar que ya no necesitamos integridad, profesionalidad y transparencia para progresar en este país… porque parecen exisitir otras cosas mas rentables sin trabajar, y continuar siendo el hazmerreír de Europa.
Existe una salvación en la que todos los españoles siempre hemos creído: esperanza. Los nombres de Fernando Alonso, Rafa Nadal, Pau y Marc Gasol, Iker Casillas, Raúl González, Del Bosque, Andres Iniesta y tantos otros, son muestras de que podremos progresar en el futuro con integridad y profesionalidad, sin olvidar que hay que dejar a los jueces hacer su trabajo.
José Antonio Rivero Santana
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