Un gobierno marioneta y sus pecados capitales

¿Qué gobierno tenemos? Tenemos una plutocracia. Un gobierno de ricos, para ricos. Que protege y ayuda a las grandes fortunas: capitalismo financiero, empresarial, patronal, burguesía, corona, iglesia, a los grandes defraudadores de hacienda y salva de la quiebra por sus fraudulentos negocios a bancos y cajas. Criminales, ladrones, estafadores, corruptos e ineficaces, con un préstamo del FMI de cien mil millones de euros que hay que pagar con intereses con el dinero público; mientras recorta en sanidad, dependencia, medicamentos, pensiones, ayuda a los parados, servicios sociales, educación, becas y estudios científicos, etc., tres mil ciento treinta y cuatro millones de euros, y hunde en la miseria, la pobreza, la desesperación, el suicidio, la injusticia, el paro galopante, el desamparo total, a las capas de la clase media, trabajadora y a las más desfavorecidas. Entre ellas, los emigrantes.
Éste es el gobierno del cambalache el «cambio» para conseguir el poder e imponer, por su mayoría, sus restrictivas leyes sólo para el pueblo de a pie y derogar las leyes establecidas por una avanzada sociedad, de libertades y derechos. Una derecha dura, que gobierna y comulga con la iglesia a la que financia en un estado «laico», con nuestro dinero, sus colegios de élite y demás entidades religiosas. Que está libre de impuestos y, por si fuera poco, percibe de la declaración de la renta el IRPF de sus feligreses, una «minucia». Este año, dos millones y pico. Según dicen, millón y medio menos que otros años. Será la «crisis», «¡qué lástima!». Sin embargo, los derechos fundamentales humanos adquiridos, que ampara la Constitución; los servicios públicos, el derecho a una vivienda, un trabajo, una vida digna, la libertad personal, para vivir tu vida, la sanidad, la educación, el acceso a la justicia gratuita sin «tasas» para los que no pueden pagársela, y los humanos derechos de los emigrantes, son abolidos por un «decretazo», o mermados, y se deja a una mayoría de la ciudadanía tirada en la cuneta de la pobreza que ha echado profundas raíces; con desigualdad e indefensión total.
Entretanto, estamos inmersos en un marasmo. Con un gobierno marioneta. Con pecados capitales. Con un presidente sin decisión que gobierna a golpes de directrices externas. Vejando a la ciudadanía. Dándole la espalda e ignorando sus necesidades, sus derechos, sus justas reivindicaciones y aplicando todos los derechos a los poderosos. Con una ineptitud e inoperancia ante esta devastadora crisis que ahoga a los más débiles, y no se entera, y la (herencia Zapatero), ya no sirve. Con escasas comparecencias para dar explicaciones. Visto en pantalla de plasma en reunión cerrada, escaqueándose de la prensa y sus preguntas.
Un presidente manipulado por la canciller Ángela Merkel (otra dama de hierro), que mueve los hilos de la política a seguir en España y demás países «devaluados». Con una secretaria general del partido, M. D. Cospedal, con su «galimatías» intraducible de desinformación sobre el rocambolesco finiquito en «diferido» de Bárcenas y los insultos a los solidarios defensores de los desahucios, los escraches, las manifestaciones de los afectados por las preferentes…, llamándoles nazis, terroristas, perroflautas…, y demás «elenco» ministerial, cómo Fátima Bañez, pidiendo a la Virgen del Rocío que echara un capote e hiciera un milagro y así lo creía, el «neófito» Montoro, que sabe de «primera mano» los defraudadores que hay, salvo los suyos, el «inefable» Cañete, con los yogures y su caducidad, ducharse con agua fría y con otro más para ahorrar, y los demás «idílicos» ministros con sus salidas de tono, y sus decretos antisociales.
Un gobierno donde la «dedocracia» prolifera en un fértil campo y la corrupción de alta «gama», con «embrollos» reales incluidos, está a la orden del día, en los escaparates de la «hasta ahora» libertad de expresión, sólo que estos macroescándalos se desintegran y desaparecen en el tiempo, por… aforamientos, prescripciones, afines, descuidos, entre los entresijos de la política y la justicia para los poderosos. Esta corrupción, que abarca casi toda la «baraja española», con sus principales ases a la cabeza, de Oros, Copas, Espadas, Bastos, Sota, Caballo y Rey, están «tocados pero no hundidos», y dándonos a la ciudadanía un vergonzosos espectáculo y a los medios internacionales de difusión, de un lamentable y criticable gobierno y la penosa situación que atraviesa el sufrido pueblo español.
Y aquí no termina todo este calvario, pues el presidente sigue en la inopia prosiguiendo al «dictado», más ajustes, más impuestos, más despidos, en toda la sociedad, tanto obrera como educativa, sanitaria con el tijeretazo a la ciencia, las artes, la cultura, en todo aquello donde se desarrolla el conocimiento humano en estudios y avances científicos de las tecnologías en la medicina etc., etc., ¿hasta dónde vamos a llegar y a aguantar? Pues según dicen hasta el año dos mil dieciséis no se empezará a salir de la crisis. Los «brotes verdes» se los comen los «burros» pero el verde del sí se puede está ahí con su fuerza.

Josefina García

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