Sigmund Freud
Qué dictaminará la Filosofía sobre el Destino que no nos deja tranquilos hasta que nos rindamos a sus exigencias, persiguiéndonos persistentemente a lo largo de la vida, lo queramos o lo ignoremos.
Se me ha evaporado mi tiempo libre este fin de semana siguiendo el desenlace de la serie 9 de la Anatomía de Grey en la ABC norteamericana tratando de detectar la manera de esquivar el tema de nuestro destino, que más que perseguirnos, lo estamos meciendo como si se tratara de nuestro baby favorito. El científico Sigmund Freud, que había nacido en Freiberg de Moravia, en 1866 se atrevió a engolfarse a sus treinta años en el mundo del subconsciente que aflora durante los ensueños (1899), lo mismo que en el lado resbaladizo del conocimiento (1920), que nos comprometerán durante el resto de nuestra existencia sin poder remediarlo, transformándose en tótems o tabús del futuro como seres humanos.
Más que con definiciones, pues se niega a toda limitación con palabras, se reafirma el destino con innumerables comparaciones que vale la pena constatar aquí: Es como el Eco que repite lo que lances al espacio como ámbito de la existencia // o será como un pasadizo que se excava para superar todos los obstáculos, pero siempre estando a tu lado como testigo, // si bien con frecuencia se identifica con lo que tratabas de llevar a cabo. Pero se entiende mejor recurriendo a narraciones antiguas, como la tragedia de Sófocles sobre el destino del Rey Edipo cuando pretendía descubrir sus propios orígenes interfiriendo su destino, pues terminó matando a su propio padre Layo y casándose con su madre Yocasta, desencadenando así el castigo de los dioses. Pero no se trata de engañarse, sino de analizar punto por punto nuestro futuro, pues «si no existiesen las causas», dictaminaba un texto empírico, «todo sería producido por todo y al azar».
HECHOS Y DICHOS
La anatomía es el destino. Sigmund Freud
PROVERBIO ÁRABE
Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál va ser su Destino.
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