La novelística del siglo XIX
En la historia de los grandes escritores se realiza el ideal del Pensador en que vida y obra operan conjuntamente, por lo que nos referiremos a uno de los mejores periodos de la literatura occidental.
¿Pero en qué difieren la filosofía y la novela si no es porque florecen en diversos climas y en épocas diferentes? Al pensador griego por antonomasia, Sócrates, le tocó vivir en tiempos en que el ser humano debía reaccionar mentalmente a su situación, puesto que se precisaba la formulación del pensamiento en estado puro: Por citar algunos de entre una treintena de la generación llamada de los «Presocráticos» y por orden alfabético: Anaximandro, Anaxágoras, Diógenes, Heráclito, Parménides, Pitágoras, Tales de Mileto, Zenón de Elea. Siglos más tarde, en el XIX, ocurrió lo mismo para los escritores que se vieron obligados a salir a escena con sus novelas, y habrá que sacarlos a cuento por nacionalidades con muchos huecos por llenar: Flaubert, Stendhal, Balzac, Dostoievsky, Tolstoy, Pushkin, Dickens, Thackeray. Elliot, Pérez Galdós y Leopoldo Arias.
Cada uno, sin duda, tendrá sus preferencias y sus anaqueles al alcance de la mano. A mí me ocurre que vivo separado de mis colecciones de libros ya que ahora forman parte de una fundación cultural de la ciudad de Zangosta-Sangüesa, donde naciera un personaje histórico, Enrique II de Albret, que fomentó el Humanismo en la corte de Navarra en el siglo XVI. En todo caso, me he creado un hueco por Internet para continuar cultivando la lectura de mis escritores favoritos, que son muchos. Últimamente se me ha abierto el mundo oriental con otra forma de presentar las cosas y ahora dedico bastante tiempo a bajar obras escritas en países orientales porque veo que tienen otra forma de presentar los temas del arte, de la novelística y de la filosofía: Buda diría: «Somos el resultado de todo lo que hemos pensado».
HECHOS Y DICHOS
El novelista está formado por un observador y un experimentador Emilio Zola
A MODO DE ILUSTRACIÓN CON MÚSICA DE FONDO
No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo. Harry Potter y la Piedra Filosofal
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