El ayuntamiento, en pleno extraordinario celebrado el 30 de marzo de 1984, siendo alcalde Joaquín García acordó por unanimidad poner este nombre a la calle que comienza en la Avenida de la Libertad y discurre paralela a las de María Parodi, Apolo y Heraclio. Se aunaba así el nombre popular con el que se conocía la Calle Capdepón (conocida como calle de la Rambla) con el nombre de Juan Mateo García.
Administrador de aduana de profesión, ejerció este cargo en nuestra ciudad, en Denia, y en sus últimos años en Cartagena.
Estuvo ligado a casi todas las entidades locales (siendo presidente del Torrevieja Fútbol Club, vicepresidente del Casino, primer pregonero de la Semana Santa en 1983…) y siendo alcalde dejó un grato recuerdo en los trabajadores salineros al defender sus derechos frente a la empresa hasta el punto de que fue destituido como alcalde y trasladado a desempeñar su cargo de funcionario a la Línea de la Concepción. Ocupando su cargo de jefe de esta aduana (la más importante de España en ese momento) se produjo el cierre de la verja de Gibraltar, el cual realizó él personalmente.
Durante su mandato se asfaltaron las principales calles, se abasteció de agua potable, nombró a la primera mujer concejal y se celebró el primer Día del Ausente. Después de dejar la alcaldía, fue creador y mantenedor de los premios Diego Ramírez que cada año se conceden a la persona y entidad más distinguida por su buen hacer torrevejense y colaborador habitual de la revista Vista Alegre, cuya desaparición inminente evitó. Dejó sus memorias recopiladas en Memorias de un Corregidor. Tras su fallecimiento se celebró un emotivo homenaje en el Teatro Municipal con la participación de toda la sociedad torrevejense.
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