La Justicia valenciana ha tardado un par de años en resolver el ERE a unos mil trabajadores de Radio Televisión Valenciana. El ERE fue cuestionado y de hecho recurrido por los trabajadores que iban a ser despedidos; de los casi 1.700 que componen la totalidad de la plantilla se quedaban en la casa, calentitos y sin protestar, como buenos pelotas y lamepoderes, importándoles una mierda lo que les pudiera ocurrir a sus compañeros «Eredados». Pues el sol que más les calentaba se ha vuelto frío, tan frío con la noticia que ha saltado de boca del President Fabra: se «chapa» la Radio Televisión Valenciana por insostenible. En fin, esta tragedia se salda con más de 1.600 trabajadores, la mayoría de ellos muy buenos, a la puta calle. Es evidente que cuando se creó Canal 9, su proyecto esencial no era más que el de fomentar la cultura y la lengua propia. Posteriormente la cosa fue decayendo, pervirtiéndose, manipulándose, viciándose hasta llegar a ser un verdadero instrumento del partido en el Gobierno autónomo. Canal 9 ha dejado de pertenecer al Estado del Bienestar. Y yo lo siento, por todos, pero sobre todo por mi amigo Xavier Andrés Beltrán, con quien conviví cinco años seguidos estudiando la carrera de Ciencias de la Información. Sé que es un tipo fuerte y activo, con sus ganchos, y está haciendo cosas en varias partes. Estaremos parados cuando muramos, ¿eh, gordo? El presidente del Gobierno ha negado ayuda económica a Fabra para reflotar Canal 9, una televisión pública aniquildada, asfixiada por la corrupción, la mala gestión, el nepotismo, la escasa libertad de expresión y el partidismo más burdo que se haya podido encontrar por estos pagos. Mientras tanto, Rajoy ha aumentado un 8% el número de asesores en el Gobierno. Y Fabra, otro tanto del lienzo. Y sin embargo, no cierra el puto aeropuerto ese de Castellón, que ni tiene aviones ni se les espera. De nuevo una tragedia. Ahora, los buitres empresariales valencianos o no valencianos podrán comprar a precio de desguace la Radio Televisión Valenciana para hacer puro y duro negocio. Seguro que lo comprarán a precio simbólico y… «a guanyar diners», que son dos días. Era la crónica de una muerte anunciada, como ya tópicamente se dice; pero ahora da la ligera sensación de que va a venir todo en cascada: Tele Madrid, la Tele Manchega, Tele Sur, la tele gallega, la TV3 catalana… y todas las teles que nos hemos inventado. Y yo me pregunto: ¿cuánto personaje estrambótico ha llenado de contenidos las televisones autonómicas, o, por mejor decir, han vaciado de ideas sanas los estudios de tanta televisión pública?
¿Y no paga ningún político por tanta mala gestión, tanto despilfarro, tanta corrupción, tanto desmadre, y tanto dislate junto. Así nos va. Suerte y buena quincena, queridos lectores.
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