Pedro Navaja

Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro

La justicia, a veces, tiene rostro de mujer y, como en la canción de Rubén Blades, te dispara a bocajarro y te deja «sonao»…pa tres años, como es el caso de nuestro mojón torrevejense: que, además de listillo, era alcalde, el gachó.
Cuando el autor de «PEDRO NAVAJA», una historia enmarcada en barrios de tercera, donde la moral, la basura y las sombras, ocultan la trama del individuo callejero y matón, putañero y perdedor (la mayor parte del tiempo lo es); pues eso, que cuando arrancaba esta metáfora musical de las meninges de Blades, por entonces, Pedrito, alias el Culebra, era todavía un aprendiz. ¿De qué?, pues de qué va a ser, de la cosa pública: las farmacias y las concejalías, siempre lo han sido.
¿Qué por qué asocio a Pedrito el Culebra (ser alcalde más de dos décadas, es un culebrón) con
el héroe de la canción más versioneada de la salsa caribeña y de salón? Porque unos, la pueden liar parda socavando almas. Otros, socavan voluntades, enredan en los despachos, tergiversan datos y la lían igual de chunga para el ciudadano que no está en la «mascá».
«Prevaricación es corrupción, Pedrito, al paredón», dice una pegatina por ahí, queriendo ilustrar la última sucia broma del Capo genovés.
Pedro Navaja, era un chulo que tiraba de «filosa» nel callejón y te dejaba seca la vida y la cartera, pa después marcarse un «agarrao» en la barra de un bar, lleno de otros «litris», que, como él, jugaban a pasar el tiempo, escupiendo su angustia en cada puñalada al corazón de la noche.
Pedrito el Culebra, no rajaba corazones, no: solo jugaba para ganar al trivial con los deshechos de unos, con las cosas de reciclar de otros, con lo que se pudre y con el detritus, que nos sobra al contribuyente, en general, supongo que, para gastárselo en cromos. Sí, esos que Rajoy se niega a intercambiar con Mas, el catalá. Pues bien, este Peter, «achanao» (de chan, sí) le ha gustao siempre cambiar «cromos» con otros trileros, como él. Y, como se ha podido demostrar, entre todos, organizaban «timbas» amañás, en las que dejaban que Pedrito, el Culebra, estableciera el «NECSO» de unión entre el cielo y la tierra medieval carroñera. Este mañako, monocorde y bribón, siempre ha estado dispuesto a salir corriendo con la voluntad pía y salinera del torrevejense de a pie, pero llegó un día en que la cosa se puso Verde-Dolón (no, el del PP, no, el otro) y na,….que le han pillao con el carrito del helao, ya ves.
Pedro Navaja, ha terminado marcando tendencia en las calles de los suburbios de cualquier ciudad, donde las ratas se mezclen con aquellas mujeres, buscadoras de la mejor oferta por prestar un cuerpo, al que, reconocer como propio, les entraña, cada día, mayor dificultad.
Pedrito el Culebra, sólo marcaba los tiempos. Era como un viejo, sucio e inexplicable reloj, parado en una hora fatídica, las tres: la hora de la «alienación», la «adjudicación» y la «manipulación» de todos sus sueños de ignorante mancebo, por otros más tristes, ajenos y turbios que le han empujado, irremediablemente, al talego.
Inconscientemente, cada individuo se dirige, durante su vida, hacia el lugar dónde siempre quiso recalar; en este caso, la cárcel, ¿qué le vamos a hacer?; otros eligen salir del armario. El sentido de culpa de Pedroalcalde (por toda la indiferencia que, en su recorrido como político malversador y manipulador fraudulento de la basura -qué triste, no?- de todo el vecindario, nos ha «regalado» durante su ruinosa y estrafalaria gestión) le ha llevado a lo más profundo de Fontcalent.
El otro Pedro (Navaja), se quedó, abatido por una mujer (que se desangraba también), tirado para siempre en la puta y sucia calle. Esa, que no verá, su colega, «El Culebra», durante, al menos, tres años, según una sentencia ratificada, por fin, ya ves.
Ojalá te pudras, mamón. Y, el otro también, esté donde esté. Porque, mirándolo bien, estos dos tipos, algo en común, sí que tienen. O, no?.
La canción, terminaba así: «Pedro Navaja, matón de esquina; a quien a hierro mata, a hierro termina…la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…». Fin de la cita. Gracias, Rubén: Rubén Blades.

3 comentarios

  1. Tengo que reconocer que siempre he admirado tu creatividad y alocado estilo de gran artista , independientemente del estropicio social que estan haciendo estos del PP , incluso han echo buenos al PSOE .
    Estoy convencido que tu eres otro Guerrero de la Luz , batalla tras batalla es pos de una utopia , la quimera ya la hicimos en otro tiempo es otra galaxia , o quizás en esta … ¿ que mas dá cuando lo que está en juego es la persecución implacable del BIEN COMÚN .

    Gracias por estar ahí y espero que sigas dando espectaculo en un poblete tan «predecible» como este y OJALÁ se acerca el momento en que podamos trabajar por NOSOTR@s mismos hacia tod@s.

    Un meritorio abrazo :

    Antonio V. Espuch

  2. Don Manuel Bueno,

    Le suelo leer, hay veces que comparto más, otras menos sus apreciaciones, pero siempre vale la pena leerle por su pluma afilada y con un toque de histrionismo que traspasa la pantalla de mi ordenador. En esta ocasión decirle que es de las que comparto su visión.

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