José Manuel Dolón García y José Hurtado Paredes
Concejales de Los Verdes de Torrevieja
Lo dice el Papa Francisco cuando, arremetiendo contra “la diosa de la corrupción” asegura que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honesto y no de ese camino más fácil, siendo una injusticia llevar una doble vida. Quien tiene una doble vida es un corrupto, que “se rasca el bolsillo y da a la Iglesia, pero con la otra mano roba al Estado, a los pobres”.
Si lo que se dice en esa recientísima homilía se convierte en la nueva concepción cristiana de uno de los fenómenos que se encuentran en el epicentro de la actual crisis económica y de valores, la corrupción en todos sus aspectos y especialmente la relacionada con la política y la economía, bienvenida sea.
Al igual que el Papa, tras muchos años de indiferencia y condescendencia, muchos ciudadanos han dicho basta al saqueo al que se han visto sometidas las instituciones democráticas, gracias a la presencia de determinados partidos y políticos sin escrúpulos que las han utilizado para financiarse y enriquecerse.
No olvidamos, por supuesto, la rapiña y el desastre de las entidades financieras, que por su gravedad y dimensión merecen un capítulo aparte, aunque también tendremos que decir que gran parte de sus abusos y desmanes se deben a la colaboración por acción u omisión del poder político, que nunca se ha atrevido o no ha querido intervenir con un mínimo de rigor en ese sector económico.
Son muchos los escándalos de corrupción que han sacudido y empobrecido España, pero consideramos que en este momento deberíamos de centrarnos en lo que respecta a nuestra ciudad y en aquello que afecta a nuestros gobernantes, muy especialmente al político que durante 24 largos años ha dirigido los destinos de Torrevieja, ahora condenado a 3 años de cárcel por el escándalo de corrupción por falsificación documental y prevaricación en un contrato de 12.000 Euros que sirvió para adjudicar otro mayor (el de las basuras) de 143 millones de Euros por 10 años.
De hecho, vamos a hacer memoria de qué hizo y de cómo dejó Torrevieja un gran hombre: el primer diputado autonómico valenciano y el primer alcalde de la democracia en Torrevieja condenado a prisión:
Recordemos el Jardín de Doña Sinforosa y cómo se hizo urbanizable una zona verde protegida del PGOU para posteriormente comprarla por 500 millones de pesetas que pagamos todos. ¿Quién ganaría en la operación? Algún gran hombre.
Recordemos la operación urbanística de Sal Gruesa, con unos terrenos del FGD y la participación de un conocido empresario. ¿Quién pretendía ganar en la operación? Algún gran hombre.
Recordemos el pelotazo de Continente, cuando se recalificó como comercial una amplia parcela de suelo residencial. ¿Quién se benefició de la operación? Algún gran hombre.
Recordemos el saqueo que supuso para las arcas municipales durante años los gastos de viaje en coche oficial y con el chófer del Ayuntamiento para asistir a las sesiones de las Cortes Valencianas en su condición de Diputado Autonómico, todo ello sin renunciar al cobro de las dietas y kilometraje que le abonaban por trasladarse con su propio coche, o las numerosas comilonas en los mejores restaurantes de Torrevieja sin justificación alguna, incluyendo marisco de primera calidad especial, los licores más caros, el tabaco y los puros. ¿Quién se benefició de esas apropiaciones indebidas? Algún gran hombre.
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