Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro
Mis pelotas ya no votan, …¿qué les pasa a mis pelotas?: que se han ido con Obiang, a Guinea Ecuatorial. Mira, tú, hoy empezamos en verso. La Biblia, tiene versí-culos (¿versos pederastas?) y los monos del África tropical, testí-culos (al viento). Dice Punset, que pelotas (testículos), tienen todos los monos machos. Pero, los monos, no votan. Botan, eso sí. Y rebotan, de un árbol a otro, como la fortuna, la corrupción, los cadáveres y la dictadura de ese mamporrero guineano que reparte y reparte. España se quedó (por ignorancia y desidia) la peor parte. Bueno, ahora no, me refiero a cuando nuestros políticos eran igual de neandertales que Obiang, ese dictador que de un golpe se cargó al Estado y a su tío. Desde entonces, tiene acojonao y pobre al país entero, por pelotas, y por petróleo, ya ves, que se lo queda para él y su familia, que son güais.
Pues eso, que como ahora nuestros futboleros nacionales son campeones y tal, el machaka este africano, nos unta manteca y a jugar que son dos días. Teodoro, de nombre, es un negro abetunao y asesino, que fliparías con él, a solas, en las mazmorras de Malabo. Torturador, codicioso y sanguinario, como un oso hormiguero en plena captura alimenticia, el cabrón, no tiene un pelo de tonto, pero, quizás sí de bonobo (el simio más promiscuo y cabrón -otra vez- por coincidir, ya ves, en su 98% con el genoma humano, según Punset, otra vez).
Votar o botar, esa es la elección. En las elecciones, se vota. Y, botar, es una erección. Los humanos, de pequeños, botan y los canguros también. Por eso, digo yo que, es mejor, primero votar, y después botar (de alegría o de dolor). Ambos verbos se relacionan sin querer. Si no quieres, no votas y, si votas, Rajoy terminará por finiquitarte en diferido tus ganas de botar. Obiang y Rajoy, no botan ni cuando ganan las elecciones. Rajoy, es un soso grimoso, con carácter lastimoso. Obiang, usa gafas blindás (no sabemos si por la edad, o por mostrar que sabe leer los documentos que firma), que le sientan como, a un general de la Gestapo, una esvástica tatuada en las pelotas. Ambos, son como un blancoynegro de Nespresso, pero sin George Clooney ni chica express que te baile el agua, o sea, de mentalidad plana y carroñera de salón, he dicho.
Sigo. En uno de esos días petardos, España obvió a Guinea, y del olvido surgió un maná líquido, relleno de octanos y de ambiciosa negritud. Después, Guinea encontró a Obiang, y, como nuevo rico displicente, el macho alfa, fichó a la Roja para enmascarar la sangre (roja, también) que empapa la tierra de un país masacrado por el príncipe de las tinieblas (no he dicho: gorilas en la niebla).
Y, ahora, voy «a por ellos, oé». Yastoy. Esteee,…nuestros futbolistas, ¿son ignorantes, «pelotudos», tocapelotas, o, solamente, bobos bonobos?. ¿Que por qué me pongo asínnn?. Pues no dicen los «ilustraos» del futbolín, en una entrevista antes del partido, al ser preguntados por la opinión que les merecía el jugar en un país donde los derechos humanos se vulneran casi en su totalidad, que «de política, ellos no opinan». Serán capullos!. En la vida, cada movimiento existencial, revela un acto político en sí mismo, todo ejercicio de voluntad se enmarca en la política de los hechos, joder. O sea, que balbucees o no, palabras más, palabras menos, seas un intelectual o un patán, querido: estás MANIFESTÁNDOTE POLITICAMENTE CON TU COMPORTAMIENTO. Y ya te digo yo, que no es lo mismo ir a Lisboa que a Malabo, para celebrar la fiesta de cumpleaños de tu prima la rara.
Y aquí es donde veo que les cuadra ese adjetivo de mercenarios, que les adjudica la afición cuando se cabrea con ellos. Y chulos, añado yo. Sí, Villar, su presidente, es un vasco chulo, lameculos. Este mandril rampante y fachorro, ¿ostenta un cargo público?: sí,… entonces, ¿cómo se puede negar a contestar a los periodistas, sobre una pregunta relevante, amparándose en su derecho iletrado y tabernícola a no hablar?. Acaso, ¿no se te paga, (no he dicho mamón, esta vez)?: sí,….. pues, te expliques, y, si no, a la puta calle. Y aquellos políticos que no hagan transparente su trabajo: también al paro (y a éstos con razón, ni ERES, ni ostias). Todos ellos, gestionan caudal público, luego tienen el deber de explicar cómo emplean su tiempo y por qué toman las decisiones que toman. El sueldo que cobran, ¿no sale de nuestros impuestos?: sí.,…. pues a currar, que ya les va tocando. Pero bien, no como un chapuzas con privilegios, coche en la puerta y peluquería a las diez.
Hay que despertar, joder, que parecemos más tristes que un hamster enjaulado, sin agua y sin rueda que girar. Eso es, si les seguimos permitiendo sus rancios privilegios, nos pudriremos a lo Obiang, y este país seguirá siendo un país de bobos. O, de bonobos. O, monobobos. O, monos y bobos. O, de mangantes y robos, sí. ¿No hay pelotas?. ¿Si hay redil?. ¿Respiramos, nos callamos?. NO!: los mandamos (a los manguis) a Brasil, con sus primos los babuinos (que en la selva y su espesura, no tiene su Iphone cobertura).
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