No crean que soy supersticioso porque en verdad digo que este año ha sido mal año para mí, pero poca importancia podría tener si para el conjunto de la sociedad española hubiera sido un buen año. La sociedad española sufre en silencio esta grave crisis. La desigualdad entre las clases sociales va en aumento y nuevamente se han abierto los comedores de Auxilio Social.
Ni en tiempos de la dictadura se perdió un logro social. No quiero decir que la democracia sea mala, pues creo firmemente en ella. También creo en los partidos políticos, pero no puedo creer en los individuos, o sea, en esos políticos que se envuelven con la bandera de su partido para cometer malversación de fondos públicos y toda clase de fechorías. No me estoy refiriendo a un partido determinado, sino a todos los políticos que representan a los partidos, unos porque cometen delitos y otros porque conociéndolo no lo denuncian. Incluso la Justicia hace tratos de favor a determinados políticos.
Y la pregunta que nos hacemos es: ¿Cuándo y cómo acabará esta situación?
Desde que creamos la democracia española y su Constitución aún no podemos decir que algún político, sea de cualquier color, se haya comprometido públicamente a conseguir para la sociedad española la misma renta per capita que tienen países como Francia, Alemania, Holanda o Bélgica, todos ellos pertenecientes a la Unión Europea.
Vuelvo a repetir, por su importancia, la frase de Ronald Reagan en campaña para su segundo mandato al frente de los EEUU de América, que dijo al pueblo americano: «Si vivís mejor que hace cuatro años, votadme; y si no es así, no me votéis». El resultado fue que barrió en 49 Estados de la Unión.
Nuestra pregunta es: ¿Tendremos en España alguna vez un presidente de esa talla?
No obstante, no debemos caer en la depresión, sino tener esperanza y usar la democracia, y no pensar en la Ley de Murphy que dice: «Por mal que estén las cosas, siempre pueden empeorar». Y la sociedad española debe decir: «no dejaremos que empeore».
Creo firmemente que la sociedad española, usando el sentido común y la solidaridad, será capaz de resolver esta situación.
Desde aquí deseo expresar mi gratitud a El Periódico de Torrevieja por darme la oportunidad de publicar mis escritos, y muy especialmente a su directora y a todas las personas que hacen posible que El Periódico alcance tan altas cotas.
Les deseo FELICES PASCUAS a todos y que tengan un PRÓSPERO AÑO 2014.
José Martínez Camallonga
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