Antonio Escamilla Manzano
Portavoz de UGT Acciona servicio de limpieza
Me cuesta mucho escribir esta carta porque cualquiera que la lea pensará que todavía en el siglo 21 pasen estas cosas y más partiendo de aquellos que representan a un sindicato de clase llamado CCOO.
El pasado día 23 de abril a las 7 de la tarde en la sede de dicho sindicato se celebró una asamblea general para todos los trabajadores del servicio de limpieza. Eso ponía en la convocatoria en la cual tenía dos puntos en el orden del día, uno era dar explicaciones de lo ocurrido con los últimos contratos fijos y en particular el de hacer fijo a su hijo pasándose a doce trabajadores que tenía por delante. Pues bien todos aquellos que tengan un mínimo conocimiento de cómo se desarrolla una asamblea sabrán que cuando el presidente de la asamblea termina de hablar de cualquiera de los puntos del orden del día se abre un turno de palabras para que todo aquel trabajador que quiera pueda decir lo que opina sobre las explicaciones que se dan. Mi sorpresa vino cuando el señor presidente del comité y presidente de la asamblea, el señor Juan Osuna, el defensor de todos los trabajadores, no dejó que nadie hablara y se remitió a que el que quisiera hablar lo hiciese al final en los ruegos y preguntas, para así sólo poder rogar o preguntar y no debatir todas las mentiras que allí se escucharon por parte de este “sindicalista”, por llamarlo de alguna manera. Mi sorpresa vino después cuando intenté poder expresarme para que los asistentes escucharan la otra versión de los hechos con documentos y fechas. No pude, “me echó” de la asamblea argumentando que estaba en su casa y en su casa manda él. Estos hechos me recuerdan a los años 60 en España cuando sólo podían hablar unos y los demás callaban, con lo que cerré mi carpeta y me fui por educación. No le interesaba otra versión de lo ocurrido, este señor no respeta el estatuto de los trabajadores en su artículo 4 régimen y reglamento de asambleas, sólo entiende de velar por sus intereses intentando tapar algo que es evidente a la opinión pública. Las mentiras tienen las patas muy cortas y menos con 6 familiares ya contratados en la empresa, «blanco y en botella”, ahí lo dejo.
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