Vista una carta publicada en el penúltimo número de «El Periódico de Torrevieja» solicitando al Ayuntamiento una playa para perros, he considerado necesario manifestar mi opinión. ¿Por qué en lugar de gastar dinero en esa playa, no se gasta en dar clases de civismo y educación a muchos -no todos- dueños de perros?
Torrevieja es una ciudad hermosa y modélica en muchas cosas, pero que todo el que nos visita por primera vez pone la «pega» de la suciedad de las aceras por los excrementos no recogidos. Dense una vuelta por aceras de Pedro Lorca, Ramón Gallud o Vicente Blasco Ibáñez y verán. No quiero meterme en cómo están los jardincillos, donde ahí sí que la mayoría está convencida de que no hay ni que recoger nada.
Y yo ahora me pregunto: si muchos dueños de perros no se agachan a recoger lo de las aceras, ¿qué harían si el hecho ocurriese en una playa, donde un golpecito de pie esconde lo hecho? Respondo yo. Que la playa en poco tiempo sería un estercolero.
Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es VIGILAR Y MULTAR a quienes no recojan lo que sus animales dejan y, cuando todos hagan eso, podríamos empezar a estudiar si se autorizan playas para perros. Los extranjeros que nos visitan seguro que verían mucho mejor las aceras limpias que no una playa para perros. ¡Es mi opinión!
Benito Higuero
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