Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro
A una señora, en León, le han dejado seca. Cuando atravesaba un puente, sí. Eso es como si de una metáfora surgiera la acción. ¿Qué podemos hacer?: nada. «Hay que pasar de un lado a otro (del túnel, o del puente) para ver la luz». ¿Qué luz?. No sé, la de Iberdrola, supongo.
Después de este culebrón leonino-leonés, los curas (los curas pederastas también, no?), espero condenen esta ración de humanidad (pervertida), transgresora de la ley (Fernández), de la paz (social) y de la cordura (racional) de cualquier embrutecido transeúnte de puentes sobre aguas turbulentas, mafiosas y PPatidifusas de pro.
Matar, ¿es condenable?. La Historia nos dice que más de un obispo bendijo a las tropas de Hitler, mientras que otro obispo cocinilla hacía lo propio con los tanques del otro bando. Joder que lío tienen los párrocos en su cabeza celestial, no?. Afirmo, a pesar del comportamiento venenoso de estos caciques manipuladores que son y han sido siempre los mandos intermedios eclesiásticos, que, para cualquier alma sensible, efectivamente, matar es un retroceso en el desarrollo logístico del plan evolutivo natural, de los habitantes de esta inmensa «CASA nuestra» que es el Universo.
Y en este punto, entonces, es cuando deberíamos matizar donde empieza y acaba «la casa» de cada uno de esos habitantes.
Por ejemplo, para mis «primos» los krishnas, su casa es simplemente uno mismo. Lo que quiere decir que si Krishnapussy «pierde» la casa, se trasladará a otro cuerpo (de gato, dinosaurio o estrella parlante) y a brujulear, con el nuevo karma, que son dos días.
Para los predicadores de iglesia y tente tieso, su casa, con ama de llaves incluida, es el templo de todos los fieles (nunca mejor dicho, porque fueron ellos, con su esfuerzo, los que levantaron estos espacios vip- «gratis total» para tanto comecoco medieval aprovechao). Efectivamente, estas especies chupópteras: Iglesia y Estado feudal (sí, el Estado es siempre feudal, a pesar de lo que diga de sí mismo), han obtenido, en complicidad, sus ganancias explotando infinitamente al pueblo ignorante y consentidor de tanta tontería. Punto.
Para los banqueros, sus casas son varias (incluidas la suya y la mía) y en sitios diferentes, para, así, poder ejercitarse, más y mejor, en el tiro al blanco (o al negro, magrebí, etc) en caso de que cualquiera de ellos intente pasar ese umbral de la propiedad privada, esa que defiende nuestra sociedad capitalista y güay. Si este gurú de las finanzas pierde sus activos inmuebles, es porque es un manta y no sabe que existen burbujas, Opas, pelotazos y comisiones sin tapujos, que le harían salir triunfante de la puta crisis. Así que, por idiota, él mismo se quitará de enmedio, sin cruzar ningún puente, simplemente se tirará desde el andamio de un 24 piso al que le estaban alicatando los baños (eso sí, antes habría tratado de tirarse también a la criada dominicana, a la que pagaba en negro, como no).
Para los políticos, su casa es el mundo mundial, con sus elecciones, sus cajas B, sus prevaricaciones, sus viajes en «bisnes», su mal aliento, sus juanetes de don Juan, su cara de trilero, sus corbatas horteras de «regaliz» y su falta de pedigrí animal (que no de colegio de pago, que de eso van sobraos). Pues bien, si este «homo huecus», perdiera la Moncloa, o la Casa Rosada (que nunca fueron suyas), lo primero que haría sería divorciarse y buscar una modelo en las MALDIVAS para que le extendiera la crema por la espalda. Después, mandaría que algún macaco le escribiera unas memorias y, por último, ofrecería conferencias «todo a cien» y en el inglés (sí, eso es: el que le sale de sus ingles) sobre aquellos asuntos de los que nunca supo, porque jamás se ocupó de ellos, para, así, seguir convenciéndose a sí mismo de que es un gran tipo, y que la Humanidad entera le debe UNA.
Para el currela, su «casa» es un espacio de 60m2 (exagero, quizás), tabiqueado con pladur, esposa, hijos y un puesto de trabajo (si es que todavía lo conserva: porque si lo pierde, estará gagá, terminado, hundido, jodido, MUERTO). Eso es, sin curro, el hombre (o la mujer), posiblemente, perderá su casa de pladur, su dignidad, perderá el afecto de los suyos (cuando la miseria entra por la puerta de tu casa, el amor salta por la ventana), perderá la cordura, se convertirá en transgresor de la paz social (que nunca existió), escupirá en la puerta de las grandes creencias religiosas (si las tuvo alguna vez), embrutecido, comprará un arma, se encomendará a su santa madre, y tratará de que nadie cruce ningún puente sin su permiso. Y se acabó el cuento.
PD: Cada vez que ciertos políticos y multinacionales financieras e ideológicas, con sus mafias consentidas, nos violan, nos saquean, nos explotan, reducen y matan nuestra DIGNIDAD, INTEGRIDAD, LIBERTAD Y CONSCIENCIA, sin impunidad alguna, me dan ganas de disparar un twit: #mampporreros?: @ m@m@rl@!!!!!.
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