Antonio Vera
Comerciante y miembro de la Plataforma Sueña Torrevieja
Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para el comercio local. Algo así es lo que pensamos algunos cuando vimos el pasado viernes en el Pleno a Caridad Salmerón, presidenta de APYMECO, decir que la asociación que dirige estaba en contra de que el Ayuntamiento facilitara la instalación de Brico Depot en Torrevieja.
La de APYMECO ha sido la única voz representativa de nuestra sociedad que ha decidido sumarse a la oposición política y manifestar su rechazo al nuevo atentado contra el comercio local que está preparando el PP local. Porque impedir, no se puede impedir que una tienda se instale en una ciudad, pero una cosa es eso y otra muy distinta facilitar su implantación, ignorando sus consecuencias y aunque sabes que supone aumentar la ruina de docenas de familias torrevejenses y la destrucción de centenares de empleos.
La desvergüenza del concejal Moreno negando la mayor, intentando cubrir el expediente y echándole la culpa al técnico de turno es indignante. Según Moreno, Torrevieja es la única ciudad del mundo donde los técnicos deciden cambiar la tipología de un terreno municipal sin que nadie se lo diga, y lo hacen porque sí, porque un día se levantaron y les dio por ahí. Cualquier estupidez es válida para intentar esconder la verdad, que el PP quiere que se instale esa empresa por los ingresos directos e indirectos que generará a las arcas municipales (que no a la economía local, ojo) y a pesar de saber que donde se instala, se convierte en una fábrica de cerrar empresas minoristas de las que forman el tejido comercial y de servicios de toda la vida. No hay ciudad en la que abra sus puertas donde no se produzca la pérdida masiva de empleos y de empresas dedicadas a la venta de materiales de construcción, electricidad, fontanería, ferretería, jardinería, electrodomésticos y muebles, y lo saben, pero no les importa, les importa solo tener su caja llena para asegurarse su sueldo y el de sus amigos.
APYMECO está por fin pasando el Rubicón, se ha lanzado a defender al comercio local. Es el momento de demostrar entereza y hacerse fuerte porque ese es un río de aguas traicioneras, lleno de pirañas dispuestas a acabar con todo el que se atreva a cruzarlo o a salirse de la corriente establecida. Tenemos que ayudarle a que lo termine de pasar, nos va en ello el futuro.
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