Ernesto Ruiz Merino
Consejero Delegado Ferris Hills
El patrimonio natural que tiene un país es un tesoro que debe ser cuidado y preservado con eficacia. España es muy rica a nivel paisajístico y esto, además de atraer a millones de turistas al año, supone un gran pulmón natural en una costa por demás urbanizada y masificada. Eso es el imponente Palmeral de Ferris, un paraíso natural para perderse y desconectar.
Pero el palmeral no se cuida solo, es necesario esforzarse por preservarlo limpio y en buenas condiciones para que así no pierda ni un ápice de su atractivo y continúe siendo el gran reclamo turístico que ya es. Este oasis de altas palmeras sin duda, lo merece. Ya ha sufrido demasiados altercados en los que las malas prácticas de unos pocos han perjudicado a toda una región y a foráneos que se acercaron para conocerle.
El de Ferrís es un palmeral único, con un entorno impagable bañado por las tranquilas aguas mediterráneas y que, a pesar de estar protegido por el Plan General de Ordenación Urbana ya son varias las amenazas –provocadas- que le han afectado. Actos vandálicos, hogueras –que pueden provocar peligrosos incendios incontrolables- e incontables palmeras rotas han interrumpido la paz de este espacio natural en el que la familia Murcia lleva invertido mucho tiempo y esfuerzo para mantener su valor y atractivo intactos.
Es una pena que a veces se le de tan poco valor a los entornos naturales de los que al final todos disfrutamos. La naturaleza nos brinda espacios únicos y eso hay que valorarlo. Lamentable es ver como existen individuos que no son capaces de respetar estos lugares, provocando en ellos daños irreparables. Porque la naturaleza está viva y –aunque es triste- es fácil acabar con ella. El palmeral de Torrevieja está ahí pero no es eterno, hay que tener claro que si no se hace nada por preservarlo, será imposible poder seguir paseando y admirando la inmensidad de sus palmeras y el sosiego de sus aguas.
Cuidar del patrimonio cultural y paisajístico es tarea de todos. Conseguir mantener lugares tan especiales como el palmeral de Ferrís, tanto a nivel natural como turístico y comercial, supone una responsabilidad compartida, tanto por parte de las autoridades –locales, regionales y nacionales- que deben mostrar mayor interés por su conservación, como por parte de los vecinos de la zona y visitantes que deben concienciarse de que si se quiere seguir disfrutando de este lugar único hay que aunar esfuerzos para ello y luchar por impedir que la mano del hombre corrompa y acabe con este oasis de reminiscencias tropicales, escenario de momentos seguramente imborrables.
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