Corazón de perro, una novela de Mikhail Bulgakov (1891-1940)
Esta cuarta crónica sobre el temario del «Reino Animal», hasta ahora descritas a través de las observaciones diarias de una mascota de nombre Zuri, de raza indiscriminada, a la que pertenece igualmente el mal llamado «homo sapiens» como si fuera una excepción, pues el pensador galo por antonomasia le reduciría al dicho: «Cogito, ergo sum», como si fuese el único que contara en el ámbito del pensamiento.
Esta vez lo haremos analizando una novela de la literatura rusa que siempre me ha encantado al leer las obras de sus maestros literarios universales, como Aleksandr Pushkin (1799-1837), Nikolái Gogol (1809-1852), Fiódor Dostoyevski (1809-1880), León Tolstói (1828-1910) y tantos otros hasta nuestros días. Pero es que ahora y a través de un amigo, que ha seguido los cursos de postgraduado de la Universidad de Barcelona sobre la literatura soviética, me ha sido posible cubrir uno de sus periodos que desconocía por completo: Aitor Antuñana me ha descubierto en realidad una pléyade de escritores soviéticos que se ensañaron contra las estupideces de la dictadura estalinista de los años 1920, del que formaba parte el Doctor en Medicina, Mikhail Bulgakov, nacido en Kiev, la Ucrania actual, entonces república soviética. Bulgakov resistió con hidalguía las imposiciones del dictador, aunque otros lo pagaran con la vida en Siberia. Una de sus novelas, Corazón de perro, editada en la Unión Soviética en 1987, si bien fuera rechazada su publicación en 1925, insinúa alegóricamente lo que va ocurriendo en el país soviético, al describir los cambios que le van sucediendo a un perro, Bola, a quien el cirujano Filip Filipovich le ha implantado los vesículos seminales de un villano que han encontrado borracho en la calle: Humor negro e irónico, aplicable a la época actual. Cf. en la biblioteca Google «Corazón de perro».
LEÓN DE ORO DE LA 70ª MOSTRA DE VENECIA SEPTIEMBRE 2014.
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