Yo, tambien Nicolás

Sí, ya me gustaría ser tan sólo la mitad de lo que representa el pequeño Nicolás, ese chaval que tanta polvareda ha levantado en los medios y en los enteros por su pericia social, política y seguramente hasta económica. Transgresor al máximo, porque está aprendiendo a marchas forzadas de sus maestros, buenos maestros de la estafa, de la ladronía, de la especulación, de los pelotazos urbanísticos, del espionaje, de buscarse la vida entre los más destacados corruptos. A fin de cuentas, un jovencísimo chaval, cual «buscón» de Quevedo, que ha hecho hasta de guardaespaldas de gente poderosa. Pero, fríamente, cara de espabilado no tiene mucha; de picarón, demasiada. Saluda al rey y a la reina, se fotografía con todo quisqui en toda tasca, monta fiestuquis de alto nivel, pajarita incluida… un jovenzuelo que ya forma parte directa o indirectamente de nuestra España indecente: la de Andalucía con los ERES; la de la Comunidad Valenciana con Gürtel, Brugal, Nóos y Cooperación, de momento; Cataluña con Pujol, Palau y el separatismo; Galicia con la operación ZETA; Madrid con la Púnica; Toledo con la adquisición del servicio de limpieza (como ocurrió, más o menos, pero diferente, por nuestros pagos); Baleares con el caso Nóos; Melilla con el caso Abogados; Las Palmas con el caso Unión; Málaga con Malaya, Astapar, Arcos, Majestic, Acimpo, Manilva; Murcia con Púnica, Novo Cartago, Pedro A. Sánchez. Corrupción, corrupción, más corrupción, que hace que el personal esté hasta los mismísimos del pequeño Nicolás y lo que representa, y lo que representan los «gordos» amigos del chavalín.
En otro orden de las cosas, por mis pequeñas tierras, me comentan que la plataforma «Sueña Torevieja» ha soltado una encuesta de cara a las próximas municipales en la que se pone de manifiesto que el PP pierde la mayoría absoluta y el PSOE llegaría a nueve concejales, y que Los Verdes desaparecen. No sé quién o qué consultoría ha realizado el trabajo pero me da la impresión de que van más perdidos que una vieja en un pajar. Bueno, tan sólo es una impresión, que tampoco quiero que las huestes se cabreen y me llamen de todo. Aunque, visto lo visto, me da absolutamente igual, que me llamen como quieran. Cada cual va con su película. Igual me he quedado estupefacto al leer que una funcionaria técnico en Turismo eleva un informe desautorizando a Secretaría e Intervención. Ya digo, es que llega un punto en el que no entiendo nada de nada. Nada, en absoluto. A la quincena más, si se me permite.

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