Protestas y más protestas…

¿Extremas izquierdas y derechas, comunismo, lunismo, centro de izquierdas o derechas, nacionalismos, centros democráticos, social-demócratas, verdes, neofascistas, cráneos torcidos, dedócratas, demócratas, republicanos, partido gubernamental creador de más problemas, partidos en la oposición sin oposición alguna, partidos liberales, transparencia inexistente, asociacion de recomendados, el «Movimiento de Viejos y Nuevos Corruptos, Fraudulentos y Mentirosos», y tantos otros?
¿Y si a esa masa de movimientos y partidos que parecen haber fracasado en esta España de casi todos hay que añadir el tremendo descontento de los ciudadanos, cansados de austeridades, multas, recortes, carencia de empleos, futuro, respeto y consideración…?
Protestas y más protestas pacificas en todo el país, donde algunos, al parecer, han sido maltratados por las fuerzas del orden, cuando, en realidad, nos deberían defender y ayudar.
¿Qué otras alternativas nos quedan para sobrevivir a esta situación de tanta ineficacia, corrupción y fraude?
El pueblo, los ciudadanos, necesitan un cambio radical de política y sistema, donde la transparencia e integridad, la justicia y el respeto, reformas y proyectos positivos y duraderos de empleos, de cultura, de tecnología, de deportes, de sanidad, de pensiones, de ayuda a nuestros pensionistas e impedidos, sean llevados a cabo por la infinidad de
profesionales que están esperando una oportunidad de salida al triunfo en este país, impedida por la mayoría de los presentes partidos gobernantes, y de la oposición, debido al presente discutible sistema politico que nos tenemos que tragar, donde, entre otras cosas, los alcaldes deberán ser elegidos por el pueblo, no por los concejales. Las influencias, las connivencias, las recomendaciones, deberán llevar consigo una multa y cárcel para el conspirador.
Si podemos protestar, también podemos gobernar.
No tenemos un gobernante, hombre o mujer, con agallas y carácter suficientes, habrá que buscarlo, y pronto, porque nuestra paciencia se está quedando corta. Si lo conseguimos, Europa comenzará a respetarnos, porque, de momento, al parecer, no confían en nosotros, hasta tal punto, que las multas que nos imponen las cobran deduciendo los subsidios que nos corresponden.

José Antonio Rivero Santana

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