Los árboles no nos dejan ver el bosque muchas veces. Así nos encontramos tan inmersos en el devenir diario, que no apreciamos las cosas más importantes. Quizá se nos escapan las mejores oportunidades. Alguien dijo que la vida es lo que nos sucede mientras buscamos los sueños. Sería bueno plantearselo y tratar de no dejar pasar lo mejor sin darnos apenas cuenta. Tenemos que tener claro hacia dónde nos dirigimos y quiénes son nuestros compañeros reales. Por el camino nos podemos encontrar mucha compañía falsa. Ésos que aprovechan nuestros mejores momentos. Hay que saber buscar los buenos acompañantes que -seguro- no serán los que más nos adulen. Ésos suelen fallar en cuanto surgen dificultades. Hay que tener claro de dónde partimos y qué estamos dispuestos a hacer para conseguir nuestros propósitos. Luego ser constantes para lograrlos.
Éstos son tiempos de muchos cambios. Quizá demasiados. No hay más que mirar un poco alrededor. Ha cambiado todo tanto últimamente… Si echamos la vista atrás, comprobaremos que eran impensables muchas de las cosas que están sucediendo cada día. Cosas muy fuertes, a las que ahora nos estamos acostumbrando. Pues bien, aún nos esperan más cambios, sin duda. Esto no ha hecho más que empezar. Por lo pronto vienen elecciones. Muchas elecciones. Con distintos partidos. Algunos nuevos. Surgidos de la decepción que han provocado los que había. Quieren cambiar las cosas. Algo normal en democracia. Ya se ha visto que no funcionaban bien. Hubo todo tipo de desmanes, incluso delitos. Perpetrados por aquellos en quienes pusimos la confianza. Por eso es penoso oírles decir que los nuevos no tienen experiencia o no saben cómo hacer las cosas. ¿De qué les sirvió a algunos tanta experiencia y saber hacer, si están acabando en la cárcel o esquivándola a duras penas?
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