Las incompatibilidades de los políticos

Hace pocas fechas emitió una cadena privada de televisión un programa donde desgranaba las actividades de algunos políticos, pese a tener dedicación exclusiva en sus puestos políticos.
¿Cómo es posible que un diputado nacional sea alcalde y además ejerza de médico en una clínica? Efectivamente, según la declaración de Actividades en el Congreso, al inicio de la legislatura (20/11/11), era alcalde de Guadalajara, por lo que declara no percibir sueldo salvo las dietas correspondientes, por asistencia a plenos y demás órganos y también ejercía la medicina privada.
Otro puesto muy llamativo es el del presidente de la Diputación de Toledo, también en su declaración de Actividades declara ser presidente de la Diputación, concejal y diputado nacional, ejerciendo el cargo de presidente de la Comisión Constitucional. En la declaración de Bienes y Rentas, sólo figuran 20.113,14 euros percibidos como portavoz adjunto en el parlamento y 6.586 euros como trienios de Abogado del Estado.
Esta es la transparencia que ahora el PP presume que hay en las instituciones, donde nos exponen a los ciudadanos en la página web del Congreso las declaraciones de Actividades y Rentas de los diputados y se supone que es la verdad. ¿Quién se puede creer que el presidente de una Comisión en el Parlamento, presidente de la Diputación y concejal, perciba la cantidad de 26.699,14 euros, según datos oficiales?
Qué ocurre cuando alguien es alcalde y también tiene otros puestos institucionales, que normalmente se acogen a la exclusividad de Diputado, que sólo tienen presencia, algunos días a la semana, los no residentes en la capital (diputados nacionales y autonómicos), teniendo listo el resto de tiempo de la semana para preparar la agenda en relación a plenos y comisiones por las que «no se cobran sueldos, pero sí asistencias».
Como estos casos hay muchos. Vemos a alcaldes de grandes ciudades que son diputados y ejercen ambos puestos sin ningún rubor, también de presidentes de Diputación y alcaldes; bueno, pueden existir muchas combinaciones, pero de todas cobran. Eso sí, casi todos suelen decir lo mismo, incluido Rajoy, que «no están en política por dinero», como también ha dicho  recientemente Monago, pero bien que se benefician.
Es una vergüenza lo que está pasando, con los más de 5 millones de parados que arrastra este país y los sueldos de miseria que está cobrando la población. Los políticos, y sobre todo los del PP, se blindan y se aplican la ley del embudo, «lo ancho para mí y lo estrecho para los demás», y, como decía la insigne hija del insigne Fabra, «que se jodan» los parados.
¿Cómo vamos a creer sus promesas de regeneración y transparencia? A este país hay que darle la vuelta al calcetín y sobre todo a esos políticos corruptos, peseteros y nefastos, echarlos y «que se jodan». El principio fundamental debe ser un trabajo público, un solo sueldo.

Joaquín Garrido Mena