Lo importante no es levantarse y hablar, o sentarse y saber escuchar, lo verdaderamente interesante es pensar con positivismo y consideración, planear con sentido común y actuar sincera y generosamente, porque las palabras se las lleva el viento, pero sólo las buenas acciones son las que siempre permanecen, como la del hijo que pagó la hipoteca de la casa de sus padres, la del hermano que evitó que su otro hermano se ahogara, o la de la hermana que murió salvando su hermano menor en un incendio en su casa, o la de una señora que encontró una cartera con muchísimo dinero y documentos y los entregó a la Policía, o la valentía de un hermano mayor que siempre cuidaba de sus 5 hermanos menores de los abusos de los vecinos, o la valentía de una adolescente que denunció a su padre por abusos sexuales, o la otra valentía de una esposa que denunció a su marido por abusos sexuales y violencia doméstica, cuando en nuestro país ese tipo de denuncias son un peligro para la seguridad de nuestras féminas; o la batalla de una madre que entregó a su hija a su tía durante algunas semanas para recuperarse de un accidente de tráfico y al final tuvo que recurrir al Juzgado para recuperar a su hija. Etcétera, etcétera. Esas personas merecen una medalla a su entrega y compasión.
Es interesante recordar que la vida es un día corto, pero es un día de trabajo, y debemos procurar no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy, porque el ayer ha pasado y el mañana no sabemos lo que nos va a deparar. Vivir día a día, vivir y dejar vivir, no vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta, porque quien te quiere acepta tu pasado sin criticarte, vive tu presente sin señalarte y sueña su futuro sin cambiarte, sin olvidar que no tenemos en nuestras manos la solución a los problemas del mundo, pero ante los problemas del mundo tenemos nuestras manos.
Jose Antonio Rivero Santana
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