William Shakespeare en Verona o el amor trágico de Romeo y Julieta en 1597

Después de terminar mi lectura del Diálogo platónico del «Banquete» sobre el amor puro como obra de arte, he decidido continuar los pasos del joven viandante William Shakespeare por los centros del saber de aquel mágico siglo XVI en que se perfilaba una nueva Europa que nunca salió a luz por la intransigencia de unos pocos.
Tras sus visitas a Navarra y Granada, y antes de volver a su casa familiar en Stratford-on Avon, más como hijo pródigo que como héroe de hazañas, el jovenzano William Shakespeare dirigió sus pasos hacia la Italia Renacentista a la que habían llegado los textos manuscritos de los escritores clásicos, tras la caída de Constantinopla en manos de los Otomanos en 1453. Shakespeare no se perdería visitar Florencia ni quizás la Roma de la anti-reforma, pues hay algunos críticos que le suponen «criptocatólico», lo que no se compagina bien con su visita a la corte calvinista de Juana de Albret. Pero fue en la Verona del Véneto norteño italiano donde encontró inspiración para una de sus obras más populares.
Se trata de la tragedia amorosa de dos jóvenes amantes, Romeo y Julieta, hijo e hija de dos familias rivales de la nobleza de Rávena. La obra ha inspirado a poetas, escritores, directores de films y musicólogos, pero sobre todo a la juventud, pues está planeada cuando el vate inglés la escribió antes de pasar la valla de la inexperiencia. Algunos mantienen que el joven William fumaba cánnabis para sentirse inspirado; yo más bien creo que cuando escribió Shakespeare esta obra, ya había leído el dialogo platónico del «Banquete o del Amor», con las respuestas del joven Eriximaco a las continuas demandas de Sócrates sobre el amor puro, por lo que el tema sobrepasa a su época, a pesar de que sus diversas interpretaciones nos la presenten en un mero balcón desde donde Julieta respondiera a los requiebros del malherido amante.

HECHOS Y DICHOS
Nada hay fuera de las murallas de Verona.  William Shakespeare

REFRÁN SOBRE LA VIDA
Un dolor alivia otro dolor y un amor cura otro amor.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*