¿Como te sentirías si te enviaran a la cárcel por tres o cuatro años, por un error de identificación, y quien te identifica sólo cometió un error de apreciación?
Eso le ocurrió a un joven que vivió en la Vega Baja, que durante el juicio perdió su casa y su trabajo, fue abandonado por su esposa, hijos, familia y amigos. El joven se quedó solo en el mundo, porque incluso la justicia se equivocó. Un error humano, pero el joven lo pasó muy mal en la cárcel, siendo vapuleado y maltratado, insultado… Trataba de explicarse pero nadie le creía, le daban la espalda en todo momento, pero él no era un criminal ni había cometido delito alguno.
Después de cuatro años, el joven fue declarado inocente.
¿Por qué la persona que cometió un error de identificación no fue sometida a una máquina de mentiras para determinar si fué un error intencionado? Era una pregunta sensata en las circunstancias…
Al final se concluyó que la única salida del joven sería denunciar a la Administración por considerarse una posible negligencia o injusticia.
José Antonio Rivero Santana
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